MAESTRO DE SOFISMAS

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Como un maestro de sofismas, Zapatero acuña frases que no se pueden grabar. Están de moda las ruedas de prensa sin micrófonos. ¿Dónde los guardan? Parecen tertulias de adoctrinamiento, sesiones en las que los periodistas se sientan al lado del presidente, pronto candidato, y se siente esa proxidad del colega, esa vecindad cordial, tibia, en la que el otro se confiesa y dice en voz baja algunas frases con apariencia de verdad.

El sofisma de este domingo tiene una formulación sencilla: ‘El gobierno combate a Eta y el PP combate al gobierno’. La prera parte, como todos saben a estas alturas es falsa. La prueba definitiva ha sido el abandono de la acusación contra Otegui. Su viaje a Madrid nos ha costado 80 millones de las antiguas pesetas y una quiebra en el sistema judicial de profundidades abisales. El gobierno no combate a Eta. El gobierno le regala caramelos para ver si así, con dulce de leche y alfajores los chicos de la pistola se ablandan y dan a la prensa ese comunicado que tanto espera el gobierno, agua de marzo, o de abril, agua de lo que sea para bendecir la podredumbre de este proceso de rendición partes.

Lo de Otegui ha sido como lo de Polanco con la ‘neutralidad’: la prueba del nueve. Ya sabíamos que Polanco nunca había sido neutral, pero nos hacía falta que lo confesara, como si en la epifanía de esa palabra tuviéramos la prueba incontestable. Y aquí está. Hace bien el PP en retirarse de las hojas de Prisa y de los micrófonos de la Ser, y hace bien Esperanza en retirar la publicidad de la cadena. ‘Cuando el juego se hace duro, los duros entran en el juego’. Cuando los partidistas confiesan su falta de neutralidad, las cartas se deben poner boca arriba. Lo demás son complejos inadmisibles.

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