Nuestro compañero Alfredo Urdaci habló con ella esta semana y se mostró como muchos querían verla: natural, spática y clara. No la Campos que veíamos en sus últos meses: más diva, más nerviosa, más tensa quizá (lo malo de la tele es que nos hace transparentes, lo enseña todo). Aunque se guardó cosas, las que querríamos conocer y ella calla. Estos días se cumple un año desde que María Teresa Campos acabase su periplo matinal con Lo que Interesa en Antena 3.
Muchos decían que se iría a Canal Sur, nosotros entre ellos, y seguos insistiendo: Mª Teresa tenía las puertas de Canal Sur y CS Radio abiertas de par en par. Otros la situaron en Castilla la Mancha TV cuando coincidió su visita a su amigo Jordi García Candau ya que fue él quien la puso como sustituta de Hermida las tardes y como la responsable de las mañanas después, con la retirada del programa Mediodía CMT, de la factoría Moreno.
Otros decían que no volvería a hacer televisión, que había caído en una profunda depresión. Pero al final, ‘ná de ná’, que diría ella como buena malagueña. No entendemos como Antena 3 no ha dado salida a la idea que preparaba la Campos de un programa de debates y retajes, en un horario que le permitiera estar alejada de las presiones de la audiencia, que un espacio así, es un sello de garantía.
Aunque tampoco le hace falta un programa así a ella. Porque si algo falla en la televisión matinal actual excepto en Cataluña con Cuní y en alguna otra autonómica, es Pulso de Información, Pulso de Directo y nótese que lo hemos puesto con mayúsculas. Ana Rosa se ha acomodado en el estilo Telecinco, gritón y teñido de rosa desagradable, aunque a veces consiga buenos retajes o lleve a gente interesante. Inés Ballester está encorsetada en un modelo de matinal añejo e inamovible, de corazón y sucesos, que no puede responder como debe a cualquier aconteciento.
La más novata, la Campoy, sí quiere llegar un punto más allá, mezclando seriedad e información, pero pierde fuelle con Gonzalito y algunos otros momentos del programa. Lo bueno de María Teresa es que ella era capaz de dar la vuelta a una escaleta de programa, costara lo que costara, para estar donde había que estar. Y acercarlo a su audiencia sin medias tintas. O marcharse a hacer un programa a Barcelona y que todo el mundo allí la jaleara ser la única capaz de hablar y dejar hablar. De acercar a unos vecinos desesperados las palabras de los causantes de semejante desaguisado, que ni habían asomado la cabeza. Eso es el Pulso Informativo.
Y todo esto bien combinado con el necesario entreteniento, donde contaban los que realmente tenían algo que contar del mundo del corazón o la sociedad y la cultura. Ahora, a mediodía todos los matinales de las privadas, incluso Telemadrid, han puesto en marcha debates a mediodía, algo que inventó ella, y que ella supo manejar como nadie. No ha habido desde que se marchara tertulias más plurales ni mejor moderadas. Lógico que fueran las más seguidas, lo decían los shares, sin embargo nadie se lo ha reconocido nunca. Injusticias de la tele. ¡Caja tonta!
Un año más tarde, las mañanas han cambiado para seguir igual. Igual no… un poco peor. Porque a la tele de la mañana le falta su reina. Y mucho que las todavía princesas de la pantalla quieran alcanzar el trono, les faltan los años que estuvo la Campos. Y eso –dijo aquel sólo lo cura el tiempo. Y en eso ellas, no deciden.
Seguiremos informando…
