¿Alguien te quiere? Quienes pueden contestar con confianza ‘sí’ tienen muchas más probabilidades de estar vivos durante los próxos diez años que los que respondan no.
Porque el amor es un factor más preciso que predecir la expectativa de vida, según David Halpern, un alto asesor político del Gobierno del Reino Unido.
Su trabajo en la ciencia de la felicidad está influyendo cada vez más al Gobierno británico. Dice que las personas adoradas son personas felices y que, mientras más felices son, más largas y productivas son sus vidas.
Ideas como esa pueden hacer fruncir los ceños, pero están siendo tomadas más y más en serio el Gobierno británico, mientras va quedando en claro el asombroso pacto de la felicidad sobre la vida (y su duración) de los ciudadanos. ‘Existe un estudio sobre fotografías de graduaciones de colegios, de esas donde se te pide sonreír’, dice Halpern.
‘Un tercio de las personas tiene una sonrisa verdadera, cerca de un tercio muestra una sonrisa falsa y el resto luce desdichado. Estas fotos se han usado para hacer un seguiento del futuro de los estudiantes y sirven para predecir temas tantes como la expectativa de vida y la situación matronial’.
Un estudio silar con monjas, que analiza declaraciones hechas ellas al entrar a los claustros, mostró que la expectativa de vida variaba en casi una década entre las más felices e infelices. Y el amor, según parece, tiene el mayor pacto. ‘Hay una relación bastante fuerte entre el bienestar subjetivo y la longevidad. El elemento de predicción más fuerte acerca de si estaremos vivos en diez años es cuando se responde sí a la pregunta ¿alguien lo ama?’.
Si bien la relación biológica entre felicidad y salud no está clara, la investigación ha mostrado que las personas felices tienen la presión sanguínea más baja y es menos probable que abusen de la bebida y las drogas. Ser tratado con afecto puede incluso producir un incremento mensurable de oxitocina (la hormona ‘de la unión’ secretada las madres que amamantan y las parejas durante el orgasmo), que tiene un efecto de distensión.
Porque a la larga, según Halpern, nuestra felicidad depende de quienes nos son más próxos: ‘La forma en que las personas se tratan unas a otras es realmente muy tante. Los actos de consideración y bondad tienen mucha relevancia’.
En otras palabras, para hacerse un favor a usted mismo haga prero un favor a otra persona. Podría salvar su vida.