La Fundación Mapfre organizaba hoy unas jornadas sobre La enfermedad y la continuidad asistencial en el Hospital San Francisco Javier de Bilbao con el objetivo de revisar el sistema de trabajo el que se asegura ‘la coordinación entre los distintos niveles asistenciales, durante el proceso diagnostico y terapéutico del paciente, independientemente del lugar y del tiempo en el que sea atendido’.
La Fundación Mapfre organizaba hoy unas jornadas sobre La enfermedad y la continuidad asistencial en el Hospital San Francisco Javier de Bilbao con el objetivo de revisar el sistema de trabajo el que se asegura ‘la coordinación entre los distintos niveles asistenciales, durante el proceso diagnostico y terapéutico del paciente, independientemente del lugar y del tiempo en el que sea atendido’.
Carmen H. de Larramendi, jefe del Servicio de Análisis Clínicos del Hospital Servero Ochoa de Leganés, hija del creador del Sistema MAPFRE y miembro de la Fundación MAPFRE, deja para el recuerdo una frase que prueba el trascendental papel que las Asociaciones de Pacientes tienen en el día a día de los enfermos: ‘los médicos no controlan los pequeños detalles que hacen la vida más agradable’.
La mesa redonda Necesidad de las personas con enfermedad crónica analizaba de la mano de José Etxabe, de la ONCE, y Esther García, de la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA), la situación de todos aquellos enfermos en situación terminal. Las Asociaciones son, según la Doctora Larramendi, ‘las que conocen realmente los problemas, las necesidades e inquietudes de estos Pacientes’, lo que ‘hay que darles el protagonismo que merecen’.
Apoyo psicológico, lo que de verdad necesitan los enfermos, no lo da la medicina. Ésta cura, pero cuando no hay vuelta atrás, lo mejor es tener un buen apoyo psicológico.
La hija del ya desaparecido Ignacio H. de Larramendi vivió en prera persona el proceso terminal de su padre, enfermo de cáncer. ‘Recibió, a través del hospital, una magnífica atención a través de la Asociación Española Contra el Cáncer que le acompañó en su enfermedad e hizo posible que viviera sus últos momentos en casa, con el apoyo de toda su familia’. ‘Fue tan tante la labor de esta asociación que antes de morir mi padre me dictó su propia esquela y quiso agradecer personalmente la atención y apoyo que había recibido’.