El 5% de los accidentes están relacionados con medicamentos

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Los profesionales sanitarios tienen la obligación de informar a los pacientes sobre los efectos que producen algunos fármacos a la hora de conducir, ya que la mayoría de las veces, el paciente desconoce los efectos secundarios de los mismos. Según datos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, casi el 5% de los accidentes de tráfico en España, están relacionados con los medicamentos. Sólo 6 de cada 10 conductores con patologías tantes consideran que su aptitud para conducir está deteriorada, y únicamente el 3,1% no conduce.

Algunos medicamentos pueden producir somnolencia, lo que inciden de manera directa sobre la capacidad de conducir vehículos. Éste es el caso de algunos analgésicos, tranquilizantes o antialérgicos, que pueden disminuir la atención o provocar mareos, incrementándose el riesgo de que ocurra un accidente de tráfico.

Un 17,3% de los conductores afirma estar bajo tratamiento farmacológico y se esta que, en aproxadamente en el 26,4% de los casos, estos medicamentos contienen una advertencia sobre su posible relación con la capacidad de conducción. A pesar de esto, el 76,5% de los pacientes asegura que en el momento de adquirir el fármaco no había recibido ningún tipo de advertencia sobre su efecto.

 

Según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, en la Unión Europea los fármacos con un mayor efecto negativo sobre la conducción son las benzodiazepinas, detrás del alcohol (con una prevalencia del 714% y 41% de los casos, respectivamente. Según un estudio, al menos el 10% de los muertos o lesionados accidentes de tráfico, habían tomado algún fármaco psicoactivo.

 

No sólo los fármacos inciden en la capacidad de conducción, también las condiciones de la vía, las condiciones meteorológicas o las enfermedades del conductor pueden provocar accidentes. Los principales problemas patológicos que pueden interferir, en mayor o menor grado, con la capacidad de conducción pueden resumirse en:

 

 

Aunque no podemos decir que la alergia sea una enfermedad, no ello es menos peligrosa, y menos aún cuando nos encontramos en estas fechas en que todos los síntomas se agravan. Los síntomas más comunes de esta patología, tales como el lagreo, los estornudos o la tos, que afectan a la forma de conducir, se suman los que provocan los fármacos antialergia, cuyos efectos secundarios pueden influir en los reflejos, provocando desde visión borrosa hasta dificultad a la hora de calcular distancias.

 

Un estudio elaborado la DGT advierte de que la somnolencia está presente detrás del 20% de los siniestros con víctas mortales y heridos de gravedad. El mismo informe señala, además, que el 14% de los menores de 25 años aseguran haber llevado el coche tras tomar medicamentos. El centaje aumenta y se agrava, sin embargo, con la edad, ya que entre los 25 y los 65 años, el 56% de los conductores reconoce haberse puesto al volante mientras seguía un tratamiento farmacológico.

 

Los  diferentes efectos que podrían provocar algunos medicamentos al conductor son la somnolencia, la reducción de reflejos y aumento del tiempo de reacción y estados de confusión y aturdiento, entre otros, aunque hay que tener claro, que no todos los medicamentos producen efectos negativos en la capacidad de conducción.

 

Seguiremos Informando…

 

 

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