Folole Muliaga tenía 44 años cuando murió en Nueva Zelanda. No murió causas naturales sino las obligaciones de un técnico que cumplía órdenes de la empresa en la que trabajaba. Folole falleció a las dos horas de cortarle la energía eléctrica, y es que estaba conectada a un respirador para poder existir.
Al parecer la familia hizo saber al técnico que cortó la luz que en la casa se encontraba una mujer conectada a un aparato de respiración asistida.
Al poco tiempo de cortar la luz la mujer comenzó a tener dificultades respiratorias y, según los servicios sanitarios, estuvo dos horas sin respiración asistida lo que al final su cuerpo se colapsó. Ahora la compañía eléctrica ha reanudado la corriente y ha asegurado que depurará responsabilidades con la investigación interna que han puesto en marcha, sin embargo, Peter Brown, vicepresidente del partido de la oposición,. ha pedido que se inste a la policía a que abra una línea de investigación donde el cargo podría ser homicidio sin premeditación o asesinato, si se prueba que la vícta murió a causa del corte de luz.
