PRNoticias ha entrevistado a Mariano Guindal, veterano periodista económico de La Vanguardia, que recibió un caluroso homenaje en el marco de la entrega del Premio Schroeders de Periodismo Financiero. Sus más de 35 años de experiencia en el mundo de la economía le han regalado numerosas anécdotas. Destaca su exclusiva sobre la OPA de Imperial Altadis que le costó un desmentido parte de la CNMV y confiesa que ‘ese día me temblaban hasta las rodillas… y eso que llevo 35 años en la profesión’.
Desmonte el mito: La economía es aburrida…
Eso no tiene mucha lógica que una película es divertida y es un negocio, la música es otro negocio, la moda, es una industria. La clave está en la forma que lo enfocas. La economía no son matemáticas, es splemente describir como se hace la vida y como se distribuyen los recursos, igual que la sociología. Creo que la economía está más cerca de la sociología y de la psicología de las personas, que de las matemáticas.
¿Qué valoración haces de la evolución del periodismo económico español?
Cuando comencé hace 35 años el periodismo económico era muy oficial. En los años 70 nosotros que éramos jóvenes, llamábamos ‘sobrecogedores’ a las antiguas generaciones, que cada vez que ibas a una junta te daban un sobre con dinero. Nosotros rompos con ese mito y se pasó a un periodismo más de denuncia. Luego llegó uno más explicativo, aunque yo sigo reivindicando el periodismo de ‘Exclusivas’. Dar un exclusiva es la auténtica labor que hace un periodista.
¿Alguna anécdota que se pueda contar?
Yo di la exclusiva de la OPA de Imperial Altadis, la acción estaba a 36 si yo hubiera comprado acciones en vez de publicarlo, hubiera ganado más dinero que lo que voy a cobrar el resto de mi vida laboral. Dar esa información significa que todo el mundo puede comprar y le pone fin a la información privilegiada, que es la gran lacra de nuestro sistema bursátil. Está debe ser nuestra labor social y lamentablemente no es lo que más se hace.
¿Cuál es la mejor noticia económica que has tenido que dar?
La mejor y la peor fue la misma. Yo provoqué la expropiación de Rumasa que hice la pregunta al entonces ministro de economía, Miguel Boyer, recién llegado al cargo. Pregunté que estaba pasando con las auditorías de Rumasa y el me dijo que si no se las daban mandaría a los inspectores del Banco de España. Al día siguiente, se retiraron 15 mil millones de pesetas de los bancos y se celebró un Consejo de Ministros extraordinario para expropiar la empresa. Joaquín Almunia, entonces ministro, me dice cada vez que me ve, que soy el periodista que más caro ha salido a las arcas españolas que la expropiación costo un billón de pesetas. Fue una gran noticia la que todavía se me recuerda. El problema es que al mismo tiempo había 40.000 personas que trabajaban en Rumasa que vieron como su puesto de trabajo se tambaleaba, lo que me provocó un tremendo cargo de conciencia.
¿España es consciente de la tancia de la información económica?
Creo que sí. El mejor ejemplo es que hay cuatro periódicos económicos en Madrid, mientras que en Nueva York sólo esta el Wall Street Journal. Creo que cada vez se da más tancia. La diferencia es que en el periodismo del corazón o político tu disparas con pólvoras del rey y aquí están en juego miles de millones de pesetas cuando das una noticia. Esto es un periodismo de verdad, cuando te desmienten lo hace un organismo oficial como el CNMV y, de verdad, se te doblan las rodillas. Te lo dice una persona que lleva 35 años de profesión.
¿Cómo ha avanzado la economía en España? ¿Se notan mucho los cambios?
No, yo creo que desde la muerte del General Franco ha habido un continuismo, siempre marcado la liberalización, las reformas, lo de irnos acercando a una economía de mercado frente al intervencionismo que teníamos. Si coges a Pedro Solbes hacía la política de Solchaga, Solchaga la de Boyer, Rato la que hacía Solbes y Solbes la de Rato, ósea, un continuismo y eso explica el milagro español, aunque luego cada uno mete su pronta pero la dirección siempre ha sido la misma.
Esté premio, ¿es especial?
Si, que no tiene dotación económica y que hay un reconociento a 35 años de profesión. Es especial que en el acto estaban todas mis fuentes que son todos amigos, que las fuentes, cuando hay unas reglas de juego claras, se convierten en tus propios amigos. No olvides que la mejor fuente de un periodista es otro periodista. No obstante, hay una sólo una cosa que echo de menos en los Premios: no hay un premio a la exclusiva del año. En periodismo, la exclusiva es la sal de la profesión. Si no luchamos información propia, exclusiva, esto deja de tener gracia.
