El Colegio de Farmacéuticos de Madrid ha presentado sus alegaciones al proyecto de Real Decreto sobre Receta Médica y Orden Hospitalaria que defiende el Ministerio de Sanidad considerarlo obsoleto y no contar con las necesidades del sector. El proyecto ministerial demanda una receta privada infalsificable, continúa defendiendo el cupón precinto, datos redundantes, así como mantener recetas de varios cuerpos que han caído en desuso su inoperatividad.
El Colegio de Farmacéuticos de Madrid ha presentado sus alegaciones al proyecto de Real Decreto sobre Receta Médica y Orden Hospitalaria que defiende el Ministerio de Sanidad considerarlo obsoleto y no contar con las necesidades del sector. El proyecto ministerial demanda una receta privada infalsificable, continúa defendiendo el cupón precinto, datos redundantes, así como mantener recetas de varios cuerpos que han caído en desuso su inoperatividad.
El COFM pidió al Ministerio que asumiera su responsabilidad, ya que según la Ley del Medicamento vigente en 2003, correspondía al Gobierno regular un modelo de receta médica privada con garantías de identificación del médico prescriptor y del paciente destinatario. La nueva Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos, aprobada hace ahora un año, mantiene en su artículo 77 esa potestad de la Administración para regular la receta privada. El problema es que el actual proyecto de decreto aunque aborda la edición de dichas recetas, no establece de forma inequívoca e perativa qué entidades corativas habrán de gestionar dichas recetas durante el periodo de doce meses de plantación de la norma.
Para mostrar que el propio ministerio está obsoleto en materia de recetas electrónicas, este RD no tiene en cuenta que varias comunidades autónomas, entre la que se encuentra Madrid, está llevando acabo pilotos de la ereceta y en otras ciudades está totalmente incorada al sistema sanitario tal y como está en Córdoba. Y es que la mayoría de las consultas médicas están informatizadas, pren las recetas donde aparece la duración y modo de uso del medicamento haciendo que, los crónicos, no tengan que pasar continuamente las consultas.
En definitiva, el ministerio tiene un proyecto ambiguo que no tiene en cuenta las acciones de las Comunidades Autónomas, no ayuda a posibilitar los sistemas tecnológicos necesarios para que se plante correctamente la ereceta en las diferentes comunidades e interfiere en cuestiones que están transferidas a estas comunidades autónomas.
