La universidad británica de Portsmouth ha anunciado esta semana la creación de ruedas inteligentes gracias a la denominada ‘inteligencia artificial’ (IA), que se encarga de desarrollar programas para máquinas que les permitan itar el comtamiento y la inteligencia humanas. Este Sistema de inteligencia artificial incorado, permite al vehículo aprender y adaptarse al asfalto, respondiendo a baches y los diversos problemas que nos podemos encontrar en la carretera a medida que circulamos.
La universidad británica de Portsmouth ha anunciado la creación de ruedas inteligentes gracias a la denominada ‘inteligencia artificial’ (IA), que se encarga de desarrollar programas para máquinas que les permitan itar el comtamiento y la inteligencia humanas. Este Sistema de inteligencia artificial incorado, permite al vehículo aprender y adaptarse al asfalto, respondiendo a baches y problemas de la carretera a medida que el coche se enfrenta a ellos.
Se trata de un proyecto del Knowledge Transfer Partnership (KTP) del Ministerio de Comercio e Industria británico, que trabaja en colaboración con la empresa PML Flightlink, con sede en Hampshire. La universidad de Portsmouth colabora atando los sistemas de IA necesarios.
Según ha informado el periódico digital Tendencias 21, las ruedas están destinadas a un prototipo de coche eléctrico ecológico y van equipadas con microordenadores capaces de realizar 4.000 cálculos segundo y de comunicarse unos con otros.
Con estos microordenadores, las ruedas son capaces de aprender y pensar a medida que avanzan en la conducción, realizando cálculos y ajustes acordes con la velocidad de viaje y las condiciones de la carretera.
La mecánica fundamental de las ruedas tradicionales ha sido así sustituida vez prera inteligencia artificial en un vehículo motor, y podría alcanzar un control más ajustado del vehículo y una mayor seguridad en viaje, aseguran los especialistas.
Gracias a la Inteligencia Artificial, los científicos han conseguido así controlar los sistemas de suspensión y dirección enseñándolos a adaptarse a las curvas de la carretera, los baches y otros riesgos potenciales, para compensarlos ajustando las reacciones del coche.
La información es retenida la memoria informática, y se reutiliza cada vez que el vehículo se enfrenta a condiciones ya registradas los ordenadores. Por tanto, el coche aprende a medida que hace sus recorridos, y adapta su funcionamiento en función de lo que aprende.
Estos sistemas de suspensión actúan entre el chasis y las ruedas, que son las que reciben de forma directa las irregularidades del terreno el que se circula. El control mediante tracción y suspensión electrónicas que posibilitan las ruedas inteligentes, se opondría a este tipo de irregularidades contrarrestando automáticamente el efecto del obstáculo, sin que el conductor se dé cuenta: el coche podrá ir más rápido pero será más seguro.
