Percibir el tráfico como una amenaza, tener una sensación de pérdida de control sobre el vehículo, la presión que pueden producir ciertos familiares cuando te están enseñando a conducir, taquicardias, ansiedad… La amaxofobia es la fobia a conducir, en nuestro país se esta que un tercio de los conductores sufre sensaciones de angustia cuando sale a la carretera con su vehículo. Las mujeres, casi duplican a los hombres. Muchas veces, se trata de personas que cogían el coche normalmente y un día sin saber qué empiezan a experentar miedo a ponerse frente al volante.
En muchas ocasiones, este miedo puede ser incapacitante, lo que pide conducir a pesar de tener el carné. Según diversos estudios, las mujeres son conscientes de situaciones en las que tienen miedo a conducir antes que los hombres. Quienes entran en la categoría más grave, en la que el miedo se convierte en una sensación paralizante, un 4% de mujeres y un 2% de hombres, pueden experentar ideas irracionales y negativas, dificultades para dormir, sudoración excesiva, temblores, dolor de estómago, taquicardias.
Según el Race, la principal característica de la amaxofobia es el miedo irrefrenable ante una situación exterior que genera estrés y, en este caso concreto, a situaciones del tráfico: conducción nocturna, niebla, lluvia, atascos, túneles. Javier Díaz, psicólogo clínico y profesor de autoescuela, explica que es el resultado de un proceso en el que la persona percibe el tráfico como una amenaza, siente a los demás conductores como peligrosos y se siente incapaz de afrontar el reto de conducir. Según este experto, hay tres situaciones desencadenantes habituales de esta fobia:
Aparición de ataques de pánico. En esta categoría se agrupan la mayoría de los amaxofóbicos. Muchos de ellos llevaban años conduciendo sin haber experentado síntoma alguno hasta que surge de repente y, aparentemente, sin motivo alguno. Empiezan a tener ansiedad cuando se ponen frente al volante de un coche, y se bloquean.
Desarrollo del miedo a consecuencia de estrés postraumático relacionado con accidentes de tráfico propios o de personas muy allegadas.
La deficiente preparación de los conductores, genera otro tipo de miedo que hace que con el paso del tiempo las personas dejen de conducir sentirse inseguros de lo que hacen. Además, en el caso de las mujeres, la amaxofobia va ligada en un alto centaje de los casos a padres o maridos exigentes o dominantes, que les debilitaron la autoesta, y a preras experiencias con un alto grado de estrés y ansiedad.
Esta fobia produce un problema para integrarse al tráfico después de obtener el permiso de conducir. El sentiento de inseguridad propio de un conductor que se acaba de sacar el carné, en vez de disminuir con el paso del tiempo, aumenta de tal manera que no suelen conducir más de un año, o queda reducida su práctica a trayectos urbanos de baja velocidad, muy frecuentes y de corta duración.
Esta fobia requiere un múltiple abordaje. Por un lado, el conductor debe modificar las ideas sobre la amenaza del tráfico y los demás conductores, también deben cambiar la autopercepción de competencia y suprir y evitar la respuesta de huida en el tráfico.
El objetivo final es que el sujeto, poco a poco, sea capaz de conducir de manera controlada y autónoma. Según diversos estudios, esto se controla, ya que entre el 90% y el 95% de los afectados superan esta angustia que supone salir a la carretera con el coche.
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