El accidente de autocar ocurrido ayer en Lopera, Jaén, que se saldó con cinco personas fallecidas y varios heridos, nos lleva a preguntarnos sobre los riesgos de este tipo de vehículos. Algunos estudios señalan que las probabilidades de resultar herido en un siniestro en autocar es del 16%, frente al 66% de los turismos, pero si hay volcamiento la probabilidad de muerte es más elevado que en una colisión frontal. El desafío sigue siendo mejorar los Sistemas de Retención de pasajeros de estos vehículos.
El accidente de autocar ocurrido ayer en Lopera, Jaén, que se saldó con cinco personas fallecidas y varios heridos, nos lleva a preguntarnos sobre los riesgos de este tipo de vehículos. Algunos estudios señalan que las probabilidades de resultar herido en un siniestro en autocar es del 16%, frente al 66% de los turismos, pero si hay volcamiento la probabilidad de muerte es más elevado que en una colisión frontal. El desafío sigue siendo mejorar los sistemas de retención de pasajeros de estos vehículos.
Según un estudio de 2006 del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), las probabilidades de resultar herido en un accidente en autobús son menores que si viajamos en un turismo. Mientras en el prer tipo de vehículo llega al 16%, en el caso de los automóviles asciende al 66%, pero si se trata de una colisión con volcamiento puede ser aún más mortal que un pacto frontal.
En las jornadas ‘La seguridad en los autocares’, celebrada en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) en 2004 se constató que desde el año 2000, la tendencia de que se produzcan accidentes de autocares con víctas ha ido en aumento. En el encuentro el director de Innovación de Applus+ IDIADA, Ignasi Ferrer, explicó que la principal causa de las lesiones leves en accidentes de autocares es el pacto del ocupante contra las estructuras rígidas del interior del vehículo.
Las lesiones graves y mortales se producen cuando el pacto deriva en la proyección del viajero hacia fuera del vehículo, lo que el desafío está en mejorar los sistemas de retención, como cinturones de seguridad y la carrocería. Si bien desde el año pasado se empezó a aplicar en toda la Unión Europea la obligatoriedad de contar con este equipamiento, la medida sólo se aplica a los vehículos nuevos. En el caso de los autocares que no cuentan con cinturones de seguridad, la mayor cercanía entre los asientos resulta una medida preventiva, ya que se acorta la distancia que recorre el cuerpo ante una colisión.
Otro factor tante es la antigüedad del parque de autobuses, que en España llegaba a 9,4 años de media, según el RACC. Es decir, nuestro parque de autocares está relativamente envejecido. Sin embargo, el riesgo de sufrir un accidente es 30 veces inferior al de un turismo, cuando se comparan los kilómetros que realizan ambos tipos de vehículos en nuestro país.
Además de los sistemas de retención, otro desafío son las vías de evacuación, sobre todo en el ámbito del transte escolar, donde resulta conveniente realizar sulacros para que dada el caso, sepan cómo comtarse. Según un trabajo realizado UNESPA y Centro Zaragoza, además conviene que los padres y profesores instruyan adecuadamente a los niños para que adopten conductas adecuadas al interior de este medio de transte, además de apartarse cuando se acerque el autobús, no empujar a los demás, esperar la señal del conductor antes de cruzar delante del vehículo y hacerlo al menos 3 metros delante del autocar.
Se trata de medidas prácticas, algunas de las cuales requieren de una inversión parte de los propietarios de los autocares y otras del buen comtamiento de los pasajeros, pero que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte a la hora de enfrentar una colisión como la de Lopera.
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