Sombras, penumbra, color y luces se combinan con maestría en la iluminación del Teatro Albéniz, que acoge una de las joyas de la Comunidad de Madrid: la compañía del bailaor Antonio Márquez, que con su arte colma las expectativas del público experto y principiante en la danza flamenca.
Los tres números del espectáculo liderado Márquez muestran la tradición, el clasicismo y las últas tendencias del baile flamenco. En ‘Fiesta flamenca’, el bailaor desgarra con su potencia e intensidad. Su larga intervención al finalizar la puesta en escena pacta a la pupila de quien termina sentirse en una atmósfera sobrecogedora de arte y pasión y el público queda con ganas de seguir apreciando el magnífico espectáculo.
Tras la ola de aplausos y el intermedio, el apetito del público queda satisfecho con ‘La vida breve’, una pieza adaptada de la ópera original de Manuel de Falla, y con ‘Bolero’, un final apoteósico, intenso y armónico, en que la coreografía se coordina de forma magistral con la monumental pieza musical de Maurice Ravel, logrando el estremeciento del espectador en su butaca.
Al final, aplausos que se extienden casi diez minutos y un delicado obsequio: un zapateado a capella, más ínto, para responder ante tanta palma. ¡Gracias a ti, maestro!