Hoy comienza la nueva temada de una de las apuestas de mayor éxito de Cuatro: Supermodelo 2007. Al frente del reality está la presentadora y Top Model Judith Mascó. ‘Ahora sé a lo que voy’, afirma. El año pasado, dice, se puso una coraza ante las críticas y se dedicó a aprender la técnica televisiva. Ahora, quiere ser ella misma que ‘el público me quiere como soy’.
‘Era mi prer programa en directo, de casi tres horas. Llevo tiempo en la televisión, pero era mi prera experiencia de este calibre’, explica Judith Mascó cuando echa una mirada a la prera edición del programa que le abrió las puertas a la televisión. Pero el proceso no se termina allí, pues asegura que va a seguir aprendiendo y no puede dejar los nervios de lado de cara al estreno de hoy en Cuatro.
¿Qué ha sido lo más difícil de todo este proceso de aprendizaje?
Lo que aprendí el año pasado fue la técnica. Pero lo más difícil es ser uno mismo. Yo soy yo misma cuando estoy hablando, no me cuesta nada, pero a técnica de la televisión es muy dura: hay treinta o cincuenta personas dentro de un plató, tirando hilos aquí, con diez mil instrucciones allá, con cosas que hay que variar sobre la marcha, con aparatos técnicos como el ‘pinganillo’, tienes que aprender a hablar mientras te hablan y que no se note, entender los signos de reojo y captar las instrucciones… todo esto se aprende. Este año, mi paso es ser yo mientras voy utilizando la técnica. Eso es lo que a mí me costó mucho el año pasado. Me gustaría dar ese paso que entiendo que si se le ha pedido a Judith Mascó que presente un programa es que ella es como es y que el público me quiere como soy.
En todo este proceso de aprendizaje, la Top Model española asegura que se vistió con una coraza ante las críticas, partiendo de la base de que no es una ‘super woman’. Y se muestra satisfecha que confiesa que ella misma se iba poniendo objetivos programa tras programa. Y al final de la temada, tras ver su prera aparición y su intervención en la final, quedó satisfecha del resultado.
¿La clave de su evolución? El buen ambiente que hay con sus compañeros de trabajo y la labor de los directores del programa, sobre todo de Floren Abad, que la ha ‘moldeado’ y en quien depositó toda su confianza.
En Supermodelos se ven muchos sentientos y no es poco habitual ver llorar a las candidatas a participar en la gala internacional del Elite Model Look. Mascó dice que se identifica con sus sentientos. ‘Capto el feeling, las ilusiones, las inseguridades, el no saber qué pasará, el pensar que tú no llegarás. Todas esas cosas yo las viví también, son sensaciones que me recuerdan a mis preros trabajos’. Pero destaca una diferencia: ‘mis lágras no eran televisadas y quedaban en casa’
¿Crees que en las emociones de las concursantes está el encanto del programa? Pero nosotros no buscamos que lloren…
Ya, pero engancha a la audiencia…
Claro. Cuando ves que una chica ilusión o que le cuesta o que la han rechazado, llora y te explica los motivos… es verdad que engancha. Vibrar los sentientos de otra persona, como cuando vas al cine, te hace ser partícipe de esos sentientos. En mi caso, hay cosas que les pasa y con las que, o bien que he sido modelo o que soy madre, tengo esa sintonía. No es gratuito, pero ocurre. Y yo creo que además es bueno. A veces parece que vivos en una sociedad en la que mostrar sentientos y mostrarse llorando es un signo de debilidad.
¿Tienes alguna figura de la televisión que te sirva a ti como modelo?
Aprendiendo esta profesión, la valoro mucho. Cualquier presentador que no me guste a mí a título personal, que no me agrada su estilo de hacer, yo ya lo valoro positivamente que se lo que es. También sé cómo es estar en casa y hacer zapping y no valorarlo. Ahora doy un valor al trabajo que supone la televisión, a lo que cuesta tirar un proyecto para delante, a lo poco gratificante que es cuando la audiencia no te apoya o las críticas de la prensa que son duras. Como en todos los trabajos, igual que el de modelo, tiene sus dificultades. A veces es un cóctel maravilloso que sale bonito y gusta a la gente. Y, bueno, el año pasado funcionó.
¿Qué pasa si se marcha una que tiene madera, pero la audiencia no la apoya?
No se nos van tan fácilmente que somos nosotros mismos las que proponemos a las tres nominadas y yo salvo a una de las tres. Puede ser que se nos vaya alguna chica, pero nosotros marcamos la tendencia, así que eso ocurre al final. Por ejemplo, el año pasado ganó María José, pero la que quedó tercera, Mayte, también fue a la final de Elite Model Look y está trabajando bastante bien. Estas cosas también pasan en los concursos, no puede ser tan exacto que la audiencia interviene.
Y eso es tante…
Eso no es una tontería. Cuando yo trabajaba mucho para Telva me decían que cuando yo salía en la tada vendían mucho. Y decían que era que yo caía muy bien a todo el mundo. Cuando tú caes bien a hombres, mujeres, a los ancianos, a los chavales de 15 años… pues vendes a un abanico de público que cuando te ve en la tada, compra la revista.
Confiesa que se siente cómoda tal y como está, aunque ha recibido otras ofertas. ‘Para mí este programa es un regalo. Es un terreno que domino y me siento bien. No puedo pedir más, está hecho a mi medida’. Así que, de momento, seguirá con el resto de sus actividades habituales: sus colaboraciones en la radio, además de sus trabajos como modelo y su rol como madre.
Su evaluación respecto de la utilidad del concurso Supermodelo es que las participantes tienen mucho terreno ganado. Y, respecto de la actual edición, ya hay algunas candidatas que le han llamado la atención. ‘Hay tres o cuatro chicas que a mí me parecen guapísas. Ahora, a lo mejor una es muy guapa pero no tiene interés o no evoluciona bien. También he visto otras que tienen un estilo especial, y eso funciona mucho en el mundo de la moda’
