Publicidad, un negocio por el que algunos venden… hasta su nombre

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Si a principios de año, la estadounidense Jennifer Gordon ofrecía su vientre como espacio publicitario para poder asistir a la Super Bowl, y tatuarse el cuerpo de anuncios se ha convertido en uno de los negocios de moda de Nueva York, ahora algunos son capaces de cambiar hasta su nombre. Éste es el caso de Epeli Taione, un jugador tongano de rugby, que desde hace unos días ha pasado a llamarse oficialmente Paddy Power, en honor a la casa de apuestas más conocida de Irlanda. La iniciativa supone el naciento de una nueva modalidad de patrocinio detivo que, lo que parece, dará mucho que hablar.

 

El equipo nacional de Tonga contará con Paddy Power (ex Epeli Taione) en la próxa Copa del Mundo de Rugby, que se disputa desde hoy en Francia. Desde que la casa de apuestas irlandesa propusiera al jugador tongano esta nueva modalidad de patrocinio, Epeli no dudó ni un segundo en pasar a llamarse oficialmente Paddy Power.

 

Según el calendario de la Copa del Mundo, el detista jugará contra Inglaterra el 28 de septiembre, día en el que las apuestas a que Paddy marcará un tanto en ese partido, se pagarán a ocho euros euro apostado. Un hecho que, sin duda, además de atar dinero al patrocinador, permitirá aumentar la notoriedad de marca de la compañía, que pasará a estar presente, probablemente, en más de un titular, consiguiendo así registrarse de una manera sumamente fácil en el top of mind de los lectores.

 * Epeli Taione luciendo la camiseta de su nuevo nombre

 

El hecho, aunque se convierte en pionero dentro de la modalidad de patrocinios detivos, no supone la prera ocasión y, al parecer… tampoco la últa, en la que una propia persona ofrece su propio físico para fines publicitarios.

 

La iniciativa comenzó a ponerse de moda hace dos años, cuando Andrew Fischer, un estudiante norteamericano, ofrecía a través de su propia página web www.humanadspace.com, su frente, a los anunciantes que quisiesen tatuar en ella el nombre o logotipo de su empresa. Sin embargo, parece ser que este singular ‘espacio publicitario’ ya no era suficiente, y otro estadounidense, Joe Tamargo, inauguró ese mismo año una empresa online www.livingadspace.com en la que ofrecía a los anunciantes la otunidad de tener un tatuaje permanente de sus mensajes en su cuerpo. Una oferta que no tardó en llamar la atención de varias empresas, que pronto se lanzaron a comprar espacios en el cuerpo de Tamargo, a cambio de unas cantidades económicas bastante considerables.

 

La novedosa idea, con la que después de dos años continúan lucrándose los dos ‘chicospublicidad’, aterrizó a principios de 2007, en el vientre de la publicista estadounidense Jennifer Gordon, que ofrecía en Intet su ‘tripita’, en avanzado estado de gestación, como espacio publicitario, a cambio de obtener dos entradas para la SuperBowl.

 

El interés que despierta el dinero que puede llegar a generar la el negocio de la publicidad, se ha convertido ya en una práctica que goza de grandes críticas parte de aquellos que defienden ante todo la dignidad del ser humano. Sin embargo, para el panorama publicitario, se trata de iniciativas que ayudan a fomentar y potenciar un sector en el que la competencia crece a pasos agigantados, y en el que el target es cada vez más exigente.

 

De momento, el recién bautizado Paddy Power podría servir de inspiración a otras empresas que, hasta hoy, no se han anado en España a realizar una iniciativa de este tipo. Si se pone de moda entre los anunciantes, ¿llamaremos a nuestro propio vecino Philips o bwin?

 

Seguiremos Informando…

 

 

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