Los Ministros aprueban la nueva simbología de medicamentos

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A propuesta del Ministerio de Sanidad, el Consejo de Ministros ha aprobado hoy la directiva que cambiará la sbología en las cajas y prospectos de los medicamentos con el objetivo de que sus posibles efectos secundarios sean mejor comprendidos los pacientes y, sobre todo, los farmacéuticos, los encargados de informarles. Una de las novedades es que las cajas de aquellos productos que puedan afectar a la capacidad de conducción llevarán en el exterior de la caja un triángulo rojo, de fondo blanco en cuyo interior se podrá ver un coche negro.

Así, cuando el farmacéutico observe la sbología exterior de la caja podrá advertir convenientemente al paciente de los posibles efectos adversos que puede correr. Y es que tomar medicamentos puede afectar a más cosas de las que nos aginamos. Por ejemplo, según un estudio del Consejo General de Colegios Farmacéuticos realizado hace unos meses, alrededor del 5% de los accidentes de tráfico está relacionado con los medicamentos.

 

Sin embargo, la encuesta realizada desvelaba que sólo seis de cada 10 con patologías tantes consideraban que su capacidad de conducción estaba disminuida y únicamente el 3,1% no conducía. Por otro lado, la Dirección General de Tráfico (DGT) advertía de que el 14% de los menores de 25 años habían admitido conducir después de tomar algún medicamento, mientras que, entre los 25 y los 65 años, más de la mitad de los conductores (un 56%) reconocían haber conducido mientras seguían un tratamiento.

 

De modo que, con la nueva sbología, ya no habrá excusas. Aunque el médico y el farmacéutico no avisen, aunque no leamos el prospecto, va a ser muy fácil evitar conducir mientras seguos el tratamiento, y muy difícil acogerse a la excusa ‘es que no lo sabía’. Otra de las ágenes aprobadas es la que avisa del peligro de padecer fotosensibilidad, un factor que también puede afectar a la conducción: el dibujo consta de un triángulo rojo que en su interior tiene un sol parcialmente tapado una nube.

 

Aunque los medicamentos, en la mayoría de las ocasiones, sólo son el menor de los males: conducir con ciertas enfermedades puede ser peligroso. Concretamente, la epilepsia, los trastornos convulsivos,  los trastornos psiquiátricos, el Parkinson el Allzheer y la demencia senil, los trastornos del sueño, las alteraciones visuales y auditivas, alteraciones en el aparato locomotor y enfermedades cardiovasculares son dolencias con las que no es recomendable manejar un vehículo.

 

Sin embargo, como casi siempre, no hay que ser alarmista: si usted padece algún tipo de enfermedad o está bajo tratamiento, lo mejor es que consulte con el especialista los posibles efectos secundarios y los riesgos, tanto como para usted como para los demás. Después, actúe en consecuencia…

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