El Grupo Scania ha sido nombrado proveedor preferente de la Fundación Bill Clinton, concretamente de la ‘Iniciativa Clinton contra el cambio clático', gracias, sobre todo, a sus autobuses propulsados etanol, que ya están considerados como una de las formas más eficaces de reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Pero el prestigio no lo es todo: ante Scania se abre una buena otunidad de beneficio, ya que las 40 ciudades más grandes del mundo (G40), entre las que se encuentra Madrid, buscan soluciones para reducir el pacto clático del transte.
Los nuevos motores de etanol de tercera generación adaptados a camiones de reparto, presentados recientemente, han demostrado que es posible, si el etanol se extrae de la caña de azúcar, ejemplo, reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 90% frente al motor diésel convencional.
De hecho, en la ciudad de Estocolmo se ha demostrado que la experiencia es viable, después de renovar la flotilla de autobuses urbanos hasta conseguir que la mayoría funcionen con etanol. Actualmente, ciudades como Madrid, Melbou, Beijing y São Paulo (todas ellas pertenecientes al G40) está realizando pruebas con este tipo de autobuses.
De hecho, la pionera en estas pruebas fue Madrid, que a principios de este año recibió los cinco preros autobuses a base de etanol, con lo que ha conseguido reducir en un 90% las emisiones de estos vehículos.
Según el presidente de la compañía, Leif Östling ‘en términos medioambientales el galardón representa un avance muy tante. Parar el cambio clático es un asunto prioritario e prorrogable para la sociedad en general. Scania contribuye con soluciones viables y sostenibles, que facilitan una más rápida transición de la dependencia del petróleo a los combustibles renovables para vehículos'.
La compañía sueca Scania, con una plantilla de 32.800 empleados, facturó el año pasado casi 7.640 millones de euros, con un beneficio neto de unos 637 millones de euros.
