No había baño para mujeres en las redacciones de los periódicos hace sólo tres o cuatro décadas, y ahora algunas ya somos directoras de periódico. Parece que mucho hemos corrido las mujeres con nuestra presencia en la sociedad laboral, aunque poco en el mundo de la opinión, pero aún vamos muy retrasadas. Los puestos de directivas se reservan, mayoritariamente, para revistas femeninas y programas del corazón. Estas fueron las conclusiones resaltadas en un coloquio entre periodistas veteranas en la presentación del libro 'Nosotras que contamos', historia de las mujeres periodistas españolas, esta semana en el Fnac, del que damos cuenta en nuestras páginas. Otras mujeres, casi todas, las que van a la peluquería, se van a encontrar con el letrero: A la prera llámanos.012. Es la campaña que ha lanzado la Consejería de Empleo y Mujer de acuerdo con la Asociación de Peluqueros de Señoras, la Patronal de Peluqueros y la CEIM. La idea es que en los cursos de peluquería se aproveche el reclamo femenino para partir instrumentos de defensa frente a los maltratadores. Sabido es que el maltrato machista y doméstico contra mujeres es un dragón de muchas cabezas y muchas trampas psicológicas.
Es una especie de lluvia dolorosa, dicen las psicólogas de este Plan, que empieza suave y apenas se nota y que enreda a la mujer entre las pasiones del amor, la familia, la dependencia económica, los hijos, el qué dirán y un sinfín de ataduras sociales que tejen la tela de araña donde queda atrapada. Hoy, las redacciones están llenas de mujeres, igual que las peluquerías y hasta a los frentes de guerra, un mundo tan endogámico y machista, también son enviadas reteras. Claro que estas últas distan mucho del prototipo hemingwayano, de whisky, mujeres y mala vida. Hoy, reteras tipo Ángela Rodicio, Rosa María Calaf, Maruja Torres, Carmen Sarmiento, entre las españolas, mantienen una pulcritud profesional trasladada a su vida personal. Eso sí, la mayoría han tenido que renunciar a los hijos ya que guerra e hijos sólo son compatibles para los hombres. En el campo internacional es inolvidable la incisiva y brillante Oriana Falacci,de cuya mordaz pluma ningún gran mandatario escapó, y que en los últos tiempos algunos dicen que perdió la brújula al hacerse una fanática antislamista, pero que, en cierto modo no fue más que fiel a sí misma, a su inteligencia y su brillantez. Hoy muchos piensan y callan lo que ella, de forma salvaje, escupió a Occidente tras la atroz masacre del 11M en Nueva York.
Concha Minguela
Directora de Gente en Madrid