Pese a que el uso de navegadores puede ser muy positivo para los conductores, debido a que facilitan la toma de decisiones y benefician el medio ambiente, ya que al ofrecer la ruta más corta, reducen también las emisiones de CO2, estos dispositivos adolecen de dos problemas fundamentales: la falta de formación de los conductores y el vacío legal acerca de su uso.
Estas son las conclusiones de un estudio que el Real Automóvil Club Español (RACE) ha presentado hoy como inicio de la campaña ‘Al volante, navega con seguridad', que pretende formar a los conductores en el correcto uso de estos sistemas, así como demandar de la administración una mayor plicación, sobre todo en lo que a legislación e información se refiere.
Según las conclusiones del RACE, al menos un 86% de los usuarios de los sistemas de navegación desconoce la legislación específica a este respecto, que, otra parte, según el club es demasiado escasa. Además, la asociación pide a la administración que ofrezca información en tiempo real sobre modificaciones en las vías a los fabricantes, de forma que los dispositivos se puedan actualizar más rápidamente, algo que incide directamente sobre la seguridad del conductor.
Pero el estudio ha contado, sobre todo, con la opinión de los interesados, que han ofrecido datos reveladores: la mayoría de los encuestados (cuyo perfil básico se ha establecido como un hombre de entre 41 y 50 años, con más de 16 años de experiencia y que realiza más de 20.000 kilómetros al año) opina que el navegador ayuda a conducir mejor, reduce los tiempos de desplazamiento y ayuda a reducir los errores en la conducción.
Sin embargo, el navegador no distrae ni molesta la noche a los conductores, según ellos mismos afirman. Entre las circunstancias que más despistan se encuentra introducir los datos y mirar la pantalla, pero no escuchar la voz del dispositivo no escuchar los avisos de punto de interés.
En definitiva, como casi todo en la vida, los dispositivos GPS no se deben demonizar, ya que son beneficiosos para la conducción, aunque deben utilizarse de forma correcta e intentado que no distraigan al conductor en la carretera, lo que podría poner en peligro su vida, así como la de los demás ocupantes y el resto de conductores.
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