El día trae su cosecha de adioses. Se ha ido Fernán Gómez, aunque ya se había marchado hace ya tiempo. Se fue la ventana de un documental, y se largó el día que le ladró insultos a un admirador al que llamó bécil sin piedad y con malos modos. Es más, ha vuelto después de haberse marchado, pero para que ocupe el lugar que merece en los medios, se ha tenido que morir en medio de ese camino hacia ninguna parte.
Es la historia del cine, desde Balarrasa hasta los clásicos, desde ‘El espíritu de la colmena' hasta ‘Mamá cumple cien años'. En él está la historia, digo, que contiene lo peor y lo mejor del cine español. Era un hombre tímido que se protegía tras una máscara de ira, un gran conversador. Se va Fernán Gómez y nace una leyenda.
