Ay estos días, hasta los políticos son incapaces de mantener el tipo, que me cuentan que esta mañana se han puesto blanditos y dulces como la melaza, y les ha atacado la nostalgia, que saben que algunos se van para no volver, y esto ya no será lo que es. ¡Qué pena que no pueden mantener su teatro unas horas más, para marcharse a casa con el mismo tono que han tenido en esta legislatura aciaga!
Menos mal que hemos tenido esa sentencia de Ekin. Uno de los que más han hecho meter en la cárcel a estos terroristas de corbata es Daniel Portero. Le conocí este verano en Bilbao. Empleaba sus vacaciones en investigar el entorno de Eta, en meterse hasta la médula, hasta el corazón de la bestia para conocer cómo funciona, como camufla sus tentáculos, como presenta una facha de normalidad para esconder el totalitarismo violento que subyace en su interior.
Daniel Portero, hijo del fiscal asesinado dos pistoleros en Granada ha depurado un discurso templado, sensato, sin contaminaciones, una voz que hay que escuchar que en ella la rabia se ha transformado en una voluntad de hierro para combatir a la banda con las armas de la investigación y de la eficacia. Desde esta página le quiero enviar de nuevo mi enhorabuena, que sin apoyos ni ayudas nos ha dado a todos un gran ejemplo de dignidad y de justicia, las dos palabras que presiden su fundación.
Frente a Portero, la miseria moral y política de los Ibarreche y Azcárraga. Salen en defensa de Eta. ¿Acabarán formando parte de la misma?
