El Gran Hermano más longevo de todo el mundo, sigue más vivo que nunca después de nueve ediciones. GH ha cerrado la temada con un 31% de cuota de pantalla y 4,2 millones de espectadores en su gala de despedida. Este año, el concurso se ha reinventado con sexito después de un 2006, sin gran éxito. De la mano de un transexual no declarado y una gemelas ‘intercambiables', GH sigue con vida. Pasan los años y Gran Hermano sigue en Telecinco… y todavía reventando las audiencias. El espacio que fundó la telerealidad en todo el mundo sigue más vigente que nunca en España. Con su mal gusto tradicional, una hiper protagonista Mercedes Milá y algunos retoques en que se intervino flagrantemente en el desarrollo de la ‘espontánea' trama del espacio, GH logró recuperar parte de la audiencia perdida el año pasado.
Y es que este año se apostó fuerte manipular el concurso. Prero se introdujo un transexual no declarado en la casa, Amor, quien quiso ser protagonista desde el prer día relacionándose con el resto de los concursantes que no creían que estaban ante una concursante mujer como el resto de sus compañeras. Lógicamente los programas anexos de Telecinco sacaron petróleo de esta situación bombardeando a sus espectadores con vídeos, del pasado y presente del concursante.
Pero hubo más. Se llevó al concurso a dos gemelas, que durante las preras semanas se intercambiaban fingiendo ser la misma persona, desconcertando con ello el ‘normal devenir de la casa'. Estos y otros líos lograron que GH 9 elevara su media de audiencias en resúmenes y en galas, sobre el año pasado.
Todo esto aderezado una Mercedes Milá que cada vez se muestra más hostil con los concursantes, con sus familiares e incluso con el público en general. Un exagerado protagonismo que le ha llevado a pelearse con su propio equipo de producción en algunos momentos de la gala. Después de estos resultados es casi seguro que T5 apueste un Gran Hermano 10 el próxo año. Vasile se frota las manos.
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