EMPEZAMOS Y ACABAMOS EL AÑO CON LAS BOMBAS

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Las encuestas sitúan el paro, la Sanidad, la Educación y la Vivienda como las principales preocupaciones de los ciudadanos. Por detrás de ello va la inseguridad ciudadana y la inmigración, y en un lejano cuarto puesto el terrorismo etarra. Dan ganas de no mencionar las siglas que, utilizando métodos tan espúreos como las bombas, la violencia callejera o el tiro en la nuca, consiguen una presencia mediática totalmente desprocionada y muy favorable a sus intereses.

El 2007 empezó con bombas. Dos días antes de que arrancara el año la banda terrorista vasca destruyó la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, ocasionando la muerte a dos trabajadores inmigrantes que en ese momento dormitaban en su coche dentro del aparcamiento que voló los aires. Tras meses de atentados fallidos y violencia callejera incesante, a principios de diciembre, la banda consiguió asesinar a bocajarro a dos jóvenes guardias civiles, Centeno y Trapero, en la ratonera etarra del sur de Francia. En los últos meses comandos terroristas están intentando todos los medios un espectacular golpe de terror. Y seguirán haciéndolo hasta fin de año, ya que el mes de diciembre históricamente ha ejercido una especial fascinación para sus objetivos crinales. En más de una ocasión, históricos dirigentes etarras han asegurado odiar la Navidad, y desde luego que han hecho lo posible para reventar la cena de Nochebuena a 15 familias vascas de Balmaseda (Vizcaya) que el pasado 24 de diciembre se vieron obligadas a desalojar sus casas, poco después destrozadas, dejando la mesa puesta con los langostinos y el cava. Cuatro días más tarde, estos vecinos siguen sin poder volver a sus hogares. La alerta es máxa entre los cuerpos de Seguridad del Estado desde hace aproxadamente tres meses, siendo

más extrema en estos últos días del año.

Por lo demás, el año ha traído la reforma y aprobación de los estatutos de autonomía catalán, valenciano y andaluz, leyes de amplio calado social como las de Dependencia, contra la Violencia de Género, Autónomos, Igualdad, conciliación familiar o matronio entre personas del mismo sexo. Pero la dinámica parlamentaria entre Gobierno y oposición ha estado en gran medida marcada la crispación y la falta de acuerdos, tanto frente a las reformas estatuarias, como a la ley antiterrorista o a la renovación del Tribunal Constitucional. En este últo ámbito, los representantes políticos están dando un espectáculo deleznable, al recusar, desde un partido y otro, a tantos jueces como les sea necesario para conseguir una alineación de jueces favorables a sus decisiones políticas.

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