Cuando se habla de consumo de drogas al volante como problema sanitario, es inevitable que salgan a colación los Centros de Reconociento de Conductores, buenos para unos y 'de cachondeo' (sic.) para otros. En el coloquio ANIS sobre 'Drogas y volante' volvió a hablarse de la posibilidad de que los CRC hagan controles de drogadicción. Actualmente, según palabras del asesor médico del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, Juan Carlos González Luque, se está promoviendo que se haga un control mejor y más estandarizado en estos centros (cuya reputación entre los conductores en los últos tiempos no está en demasiado buena posición) y haya una historia clínica paciente: todo esto quedará reflejado en el nuevo Reglamento, que según Luque se publicará ‘en breve, como mucho dentro de algunas semanas'.
En referencia al consumo de drogas, actualmente no se hacen controles médicos previos, aunque se contempla que el facultativo del CRC pueda pedir análisis de sangre si sospecha que puede haber un consumo más o menos habitual. De hecho, una de las carencias más tantes de estos centros reside en la dificultad para establecer el posible factor de riesgo de un conductor de forma previa.
Para Javier Álvarez, director del Instituto de Estudios de Alcohol y Drogas de la Facultad de Medicina de Valladolid, el problema fundamental de los CRC reside en que, pese a que España es el único país del mundo que analiza a los conductores de forma previa a la concesión del permiso, no ha sido capaz de demostrar que la norma es positiva y funciona.
Álvarez ponía el ejemplo de Finlandia, donde a partir de cierta edad se realizan reconocientos periódicos a los conductores, que en ocasiones duran hasta dos días, en función del número de pruebas realizadas, lo que marca otra diferencia con el caso español, donde el reconociento se hace en menos de 20 minutos. Una vez establecidas las posibles deficiencias del conductor, se realizan ciertas restricciones (como conducir sólo mientras haya luz diurna o únicamente en casco urbano) que la gente respeta y que sí han demostrado que mejoran la seguridad.
Para el facultativo, los CRC no cumplen con la calidad del sistema sanitario español, pero es falta de apoyo y potenciación parte de la Administración, e ilustraba esta opinión con un ejemplo gráfico: si la ley marca que los centros deben tener un ordenador específico para realizar el reconociento, un dispositivo que ya está obsoleto y que se fabrica de forma específica para ellos, que hace años que ha salido del mercado, la propia ley coarta el avance de la infraestructura de los centros.
En definitiva, estas y otras deficiencias podrían quedar solucionadas con el nuevo Reglamento de Centros de Reconociento de Conductores, que está en puertas de ser aprobado el Gobierno.
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