Tan sólo han transcurrido un par de días desde que se dio a conocer el nombramiento de Ignacio Garralda al frente de la Mutua Madrileña, una noticia que coincidió con la fuerte caída de las Bolsas internacionales y con el mayor tropiezo en la historia del Ibex 35. Su antecesor, José María Ramírez Pomatta, ya lo vaticinaba: 2008 va a ser un año difícil. Con Pomatta, el avión de Mutua ya había despegado, ahora, es el momento de hacer algunos ajustes en el plan de vuelo.
Es tiempo de cambios en Mutua Madrileña, pero no de fuertes y violentos tonazos. El flamante Presidente, Ignacio Garralda, deberá ir poco a poco asumiendo los proyectos cotidianos y los más trascendentes: los vaivenes de la situación económica y la culminación de los grandes propósitos que encabezó su antecesor serán, sin duda, algunos de los temas que el máxo ejecutivo de la compañía debe tener apuntados bajo el título ‘COSAS POR HACER'.
Lo prero es lo prero, y Garralda, un hombre de la casa, deberá marcar la estrategia de la aseguradora ante la incertidumbre bursátil internacional. ‘Todos tendremos que hacer ajustes, pero Mutua tiene una ventaja frente a sus competidores y es que tenemos caja', ha asegurado una fuente de la entidad. La compañía deberá ordenarse y trazar las líneas de lo que será el camino a recorrer durante 2008.
Después, seguirán otros temas. Haciendo memoria, recordamos la expansión internacional de Mutua Madrileña que se había propuesto Pomatta, un tema que no ha quedado resuelto. O el megaproyecto de la Ciudad Sociosanitaria, una iniciativa con la que el anterior Presidente estaba apasionado.
Otro de los temas es la política de la entidad en Comunicación y Patrocinios. Un área donde ha adquirido un rol protagónico dentro del sector asegurador en los últos años aunque, de momento, no es un asunto que aparezca entre los más urgentes a tratar el ejecutivo, cuyo estilo y formación puede facilitar mucho esta tarea, su particular capacidad de provisación y su experiencia al interior del negocio.
Son varios los desafíos que deberá asumir y las líneas maestras que en los próxos días deberá trazar Garralda. Todo está ver y nadie quiere adelantar acontecientos. Lo único que se dice desde el interior de la aseguradora es que los cambios se darán poco a poco. ‘Sin prisas', afirman algunos.
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