Científicos de la Rutgers University, en Estados Unidos, en colaboración con un equipo de la Universidad Politécnica de Bucarest, en Rumanía, investigan un nuevo sistema para mejorar la eficiencia del tráfico, tanto en tiempos de espera como en emisiones, mediante la utilización de semáforos inteligentes. El proyecto, del cual ya se ha puesto en funcionamiento un prototipo, es capaz de ‘tomar decisiones' sobre la cadencia de sus luces en función de la información recibida de su entorno: el modelo se situó en los dos cruces principales de Bucarest, donde registraron los picos de afluencia del tráfico, mientras desde el laboratorio de la Rutgers University se establecía el patrón de dicho flujo.
Gracias a las mediciones de la reducción del tiempo que los vehículos pasaban en el cruce gestionado este modelo, en comparación con el tiempo que se calculó que hubieran pasado sin el mecanismo, se pudo establecer que las emisiones de CO2 se redujeron un 6,5%, mientras que el tiempo que los conductores pasaban esperando en el cruce en horas de máxa afluencia del tráfico se redujo un 28%.
El gran reto ahora es establecer la comunicación entre vehículo y semáforo, el siguiente paso necesario en el sistema, algo que, todavía, no es posible.
