El estudio ‘Actitudes y Conducción' afirma que percepción que los españoles tenemos de nuestra conducción es que esta es ‘agresiva y anárquica', pese a que el 52% de los encuestados se define a sí mismo como ‘tranquilo a la hora de conducir', lo que, otra parte, no es obstáculo para que un 46% reconozca que en alguna ocasión se ha visto plicado en alguna situación agresiva con otro conductor. Vamos que, en la conducción, como en otras disciplinas de la vida, todos pensamos que somos los mejores y que los que lo hacen mal son los demás.
Y esto teniendo en cuenta que sólo el 2% de los encuestados se reconocen como personas agresivas. El estudio, que incluye la variable del género, apunta a que las mujeres se ‘estresan' más a la hora de conducir (un 54%, frente a sólo un 36% de hombres). Sin embargo, son ellas las que menos agresividad muestran al volante (sólo un 43% reconoce serlo) y como peatones (un 24%).
Por otro lado, y pese a todo lo señalado antes, el 64% de los conductores considera que los demás les juzgan como ‘buenos conductores y tranquilos', lo que demuestra la contradictoria percepción entre los que creemos que los demás piensan de nosotros y lo que nosotros pensamos del resto de conductores.
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¿Cuáles son las circunstancias que más nos estresan al volante? Mapfre también se lo ha preguntado a sus encuestados y la conclusión es que lo peor es ‘la forma de conducir de los demás' (citada un 38%), seguida ‘las prisas' (37%) y ‘los atascos' (30%). Las obras, la conducción con niños en el coche y otros factores son menos nombrados los conductores, a los que, además, les relaja ‘escuchar música o la radio' (63%) e ‘ir solos en el coche' (22%).
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La elevada siniestralidad de los accidentes de tráfico, así como el hecho de que un centaje significativo de los mismos sea responsabilidad directa de su conductor (tasas de alcoholemia enca de las permitidas, excesos de velocidad, distracciones el móvil…) ha planteado a Mapfre la necesidad de realizar este estudio, en cuyas conclusiones figura la necesidad de poner en marcha acciones informativas, formativas y educativas, que incidan directamente en las personas que llevan a cabo la acción de conducir.
Para evitar que los conductores obvien su propia responsabilidad al volante, echando la culpa de los problemas de circulación a los demás y olvidando la propia, Mapfre recomienda fomentar la educación vial a edades tempranas, en el ámbito familiar (ya que los niños aprenden, sobre todo, itación) y asumir la propia responsabilidad sobre las consecuencias que nuestra actitud tiene al volante.
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