Con el fin de la Semana Santa se ha reactivado el interés mediático el Grupo Zeta. Y es que han sido muchas las cosas que han pasado la cabeza de ‘Antoñito' durante los días de reflexión en la costa marbellí, mientras sus pretendientes intentaban mejorar las ofertas. El más destacado es el naciente interés de RBA en una operación en que hasta el momento sólo se reducía a dos: Imagina y Alfonso Gallardo. La operación estará liderada la Generalitat de Catalunya que ya no quiere a Roures en este asunto. EDITORIAL: ZETA: LA FAMILIA PREOCUPADA
Como ya os hemos contado otunamente desde estas páginas, los dos principales candidatos a quedarse con Zeta son Imagina de Roures y Alfonso Gallardo. No obstante y ante la indecisión de ‘Antoñito', ahora ha surgido un tercer competidor con fuerza para ingresar en la propiedad de la compañía. Hablamos de RBA que hasta el momento había quedado en segunda fila de las ofertas. El caso es que la compañía ha tomado un nuevo pulso gracias al interés de la Generalitat tener controlada a la nueva Zeta.
El Ejecutivo de José Montilla ha decidido que quiere ir a todas y su candidato es RBA, el grupo editor de monográficos y revistas. En la Generalitat, Roures ya no es un activo rentable debido a su cercanía al Gobierno central y su estrechez financiera, mientras RBA es mucho más solvente y ‘catalanista'. El caso es que la empresa ha decidido hacer un ataque final subiendo la oferta y presentando como ganarte al gobierno catalán. Fuentes cercanas a la operación han comentado a PRNoticias que esto significa que al menos se estaría igualando el atractivo de las propuestas de Imagina y de Gallardo.
Pero hay un problema que preocupa a los sindicatos con respecto a esta últa oferta. RBA es una empresa que tiene un fuerte contingente de prentas lo que las prensas de Zeta ya no serían necesarias en caso de sinergias. Para los sindicatos esto se podría traducir en despidos y en la cuasi desaparición de la filial de prentas de la empresa. De momento, este apartado no está incluido en la oferta de RBA, pero las alarmas ya se han disparado en los sindicatos. Estaremos atentos.
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