El Grupo Hospital de Madrid ya realiza criocirugías oncológicas

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El Hospital Universitario Montepríncipe y el Hospital de Madrid Norte Sanchinarro han acogido dos criocirugías oncológicas prera vez en el Grupo Hospital de Madrid.  

Se trata de un procediento quirúrgico que utiliza el frío intenso y controlado para provocar la necrosis litada y selectiva de los tejidos', explica el Dr. Franco Lugnani, presidente de la Sociedad Mundial de Criocirugía.

La criocirugía de riñón es la más novedosa de las dos intervenciones realizadas en el Grupo HM, y ha corrido a cargo del Dr. François Peinado, del Servicio de Urología del Hospital Universitario Madrid Montepríncipe, mientras que los doctores Mariano Rosselló, director del Instituto de Medicina Sexual; Pedro Torrecillas, del Centro de Urología y Andrología de Málaga (Clínica Santa Elena), y Lugnani han intervenido a un paciente con cáncer de próstata.

La mayoría de los trabajos afirman que ‘para destruir un tejido tumoral determinado se debe llegar a una temperatura comprendida entre los 20ºC y los 40ºC, hecho corroborado en estudios experentales con células cultivadas", explica el presidente de la Sociedad Mundial de Criocirugía. No obstante, en la próstata pueden llegar a alcanzarse los 180ºC. ‘Los alrededores de la lesión (entre 2 y 5 mm) también deben congelarse para alcanzar la destrucción total'.

Una de las principales ventajas de la criocirugía está en su elevado grado de eficacia: en torno al 82% de las biopsias son negativas a largo plazo, según el Dr. Rosselló. Además, esta técnica ‘requiere de 24 a 48 horas de estancia mína en el hospital, es poco invasiva (seis o siete incisiones de 2 mm como máxo), nada o escasamente sangrante y repetible en caso de recidiva (a diferencia del resto de procedientos)', añade.

Esta técnica ‘está indicada en próstatas de menos de 40 gramos, tras radioterapia y prostectomía radical abierta, pudiéndose aplicar directamente en aquellos casos en los que esta últa no es aconsejable determinados motivos', señala el Dr. Rosselló. Tras la intervención, el paciente tiene que llevar puesta una sonda de siete a diez días, y continuar con las revisiones habituales. Por el momento añade, ‘el PSA (antígeno prostático específico) es el marcador tumoral más preciso en este tipo de neoplasia'.

Por su parte, la criocirugía de riñón está indicada en tumores de menos de 3,5 centímetros y de localización periférica: ‘éste tiene que estar en el borde del órgano para que la intervención sea lo menos agresiva posible', apunta el Dr. Peinado. Además, en este caso concreto, ‘la operación abierta constituía un riesgo tante para el paciente, que es diabético y carece de un pulmón', añade.

La característica más novedosa de esta intervención radica en que es todavía incipiente como técnica, ya que lleva practicándose menos de diez años, frente a los 20 de la criocirugía de próstata. Asismo, ‘mientras esta últa persigue la congelación del órgano entero, la intervención de riñón únicamente se localiza en el tumor, debido fundamentalmente al difícil abordaje de esta parte del cuerpo humano', explica el Dr. Peinado.

Todos los estudios publicados hasta el momento demuestran que los índices de supervivencia de la criocirugía de riñón a cinco años vista son iguales que los de una nefrectomía parcial y/o radical, aunque hay muchas más investigaciones en marcha. ‘En un futuro no muy lejano, esta técnica se pondrá laparoscopia o escáner a la intervención abierta las numerosas ventajas que representa', concluye.

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