Alfonso Gallardo ha encargado a la consultora y auditora Deloitte el asesoramiento final de la compra de Zeta. El equipo de la compañía ha comenzado estos días a trabajar en las oficinas de Zeta mirando papeles y analizando la empresa de arriba abajo. Las informaciones llegadas hasta prnoticias indican que todo se va a hacer con mucha calma. Gallardo no tiene prisa y se tardará en tomar decisiones. Es la famosa 'due dilligence'.
El proceso financiero mediante el cual Alfonso Gallardo se quiere asegurar que las cuentas de Zeta no presenten ninguna sorpresa diferente de lo conversado con Antonio Asensio. Muchas veces las cuentas de las empresas en venta no cuadran con los pronósticos optistas de sus dueños y es precisamente el objetivo de Deloitte. Poner toda la negociación en números y en fórmulas que rentabilicen los 700 millones de euros que posiblemente pague el empresario extremeño Zeta.
Gallardo quiere además asegurarse que las actuales cuentas de la compañía le permitan hacer un ajuste de plantilla ordenado que deje contentos a todos y que en lo posible evite cualquier atisbo de conflictividad laboral. Lo que quiere el magnate siderúrgico es precisamente hacer una transición al estilo de los diarios andaluces que compró a Prisa. En ellos no ha cambiado más que a los gestores de los diarios, siempre bajo la tutela de los ejecutivos salientes.
De momento, todas las informaciones apuntan a que es casi posible que intente poner en marcha un ERE este año y el 2009 podría traer novedades positivas para la plantilla de Zeta. Por su parte, dentro del Comité de Empresa se respira más tranquilidad que ven que los esfuerzos de Gallardo mantener la plantilla son reales.
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