El éxito de la sociedad es el bienestar social de todos. Durante décadas, Alemania ha sido el modelo de Europa que el tejido de su sólida clase media cubría prácticamente el cien cien de la sociedad y el margen quedaba suficientemente atendido unos servicios sociales financiados el Estado, que garantizaba a todos la vivienda y una paga para mantener una vida digna. Hubieran o no hubieran trabajado en su vida.
El sello diferencial de los alemanes, frente a los españoles es, además del trabajo planificado y bien hecho, la prevención y el ahorro antes de que lleguen los tiempos difíciles. Los españoles somos más de tirar mientras haya y después… Dios dirá. Todo esto viene a cuento la expresión maldita: Crisis. Una palabra que marca la línea divisoria entre Gobierno y oposición. Como si sólo se tratara de una cuestión semántica.
Para el Gobierno, crisis significa desaceleración en el creciento económico. Crecemos más despacio, pero seguos creciendo (el dos ciento en el 2008 y quizás un poquitín debajo, dijo Solbes, en 2009). Las entidades bancarias no se fían, cierran el crédito; el Banco Central Europeo sube los tipos de interés; las familias se ven asfixiadas para pagar sus hipotecas, y las empresas no tienen crédito para desarrollar su actividad. Y vienen los despidos.
Para acallar críticas, el presidente Zapatero anunció un paquete de medidas que Rajoy, revivido tras el Congreso de Valencia, desde las filas populares tilda de apenas 20 millones (sólo los 400€ a los autónomos suman 6.000 millones de ayuda) insuficientes desde todo punto de vista para paliar, según los populares, una dura crisis que minará la economía española hasta el 2010. Para los ciudadanos de a pie, todo este baile de cifras no es más que un debate político. La crisis, si es que la hay, no ha estallado de pronto.
Hoy, un trabajador madrileño medio tiene exactamente las mismas dificultades para llegar a final de mes (con sueldo entre 1.000 y 1.200 euros) que hace un año, y quizás que hace cuatro o seis años. Porque en nuestro país, los precios han subido como un cohete desde 2002, mientras los salarios son los más paupérros de Europa ( delante de Portugal). El pan, el litro de leche o un kilo de ca en Alemania vale lo mismo, mientras que allí, el sueldo medio es de 3.000 euros, frente a los 1.000 euros españoles. Éstas son las verdades del barquero. Lo demás son meros datos macroeconómicos, de los que seleccionamos algunos; el número de ricos en España ha crecido un 4%; 165.000 personas tienen más de un millón de euros. La recaudación del IRPF (puesto que pagan los ciudadanos) sube el 9,8%, mientras la del puesto de sociedades cae casi un 20%. El paro subirá hasta el once ciento, y la auténtica crisis será tener un desempleado en casa.
CONCHA MINGUELA, DIRECTORA 'GENTE EN MADRID'
