Diez mil personas pueden perder su puesto de trabajo. Y esta sí es una auténtica tragedia y una verdadera crisis. Los más agoreros, oposición Popular, pintan cuatro millones de parados para el 2010. Lo que da muchas pistas y muchos ános a los empresarios para sacudirse ese lastre de plantillas, inevitable, que, unas veces real, otras exagerado, todo patrón ve en sus empresas.
Los datos, a día de hoy, están en 2,3 millones de personas cobrando el seguro de desempleo. De las cuales, como bien sabemos todos, un cierto centaje se dedica al "apaño". Una auténtica profesión en nuestro país de la chapuza y la picaresca. Y gracias a eso, seguos tomando cañas y, digan lo que digan, las cafeterías siguen con un lleno razonable y los atascos de fin de semana siguen siendo sonados, a pesar de que el precio del petróleo se ha doblado en un año y el del gasoil ha subido más de un 30%. La burbuja inmobiliaria da su prer síntoma grave, Martinsa Fadesa, ha tronado en la city financiera al anunciar esta misma semana una suspensión de pagos, y aún así, sobre su quiebra, harán buenos negocios unas cuantas cajas de ahorro y bancos.
Sebastián, el ministro de Energía, anuncia una ayuda paliativa: construir viviendas protegidas en una parte de los 28 millones de metros cuadros de suelo propiedad de la constructora. Los 5.200 millones de deuda, cuyos plazos no ha podido cubrir, son los causantes de la suspensión y caída de la principal inmobiliaria del país. Como informamos detalladamente en páginas interiores, y en nuestra página web (www.gentedigital.es), hay 13.000 familias que ven su vivienda pendiente de un hilo. Otros 25.000 inmuebles esperaban un comprador. Y del capital humano de Martinsa, 850 empleados, 234 ya están en el INEM. A ellos habrá que sumar las 3.000 subcontratados de la empresa y los 7.000 empleos indirectos, cuyo único futuro es la incertidumbre. La noticia más leída esta semana es, sin duda, la crisis de Martinsa. En el sector se asegura que puede venir un efecto dominó con las siguientes constructoras en el escalafón, que tienen pendientes la renovación de créditos enca de los 15.000 millones. Frente a ello, el Consejo de Ministros estudia medidas correctoras a marchas forzadas, una de ellas la anunciada construcción de VPO, con la oposición clamando para que se explique si se abandonó a Fernando Martín a su suerte. Con la subida del petróleo, la especulación de los alentos, y la crisis inmobiliaria, lo que ha generado una subida de inflación y de tipos desmesurada, el optismo de las familias ha caído en picado como demuestra la ralentización del consumo. Entretanto, el G8 sigue ajeno a la economía mundial, y tras cambiar sangre petróleo, ahora cambia hambruna especulación alentaria.
CONCHA MINGUELA, DIRECTORA DE ‘GENTE EN MADRID'
