Se han visto. Han utilizado un ‘tono razonable'. Sólo faltaría. Han arreglado unos parches en el Consejo del Poder Judicial, asunto que a nadie interesa, que el poder judicial está tan viciado y corrompido que los nombramientos sólo interesan a quienes los reciben.
Cuidaron la estética y la cosmética. Cerraron un acuerdo en la lucha contra el terrorismo, que es lo que se les pedía desde hace más de cuatro años. Zapatero dijo la frase que Rajoy le reclamaba desde la anterior legislatura: que los terroristas nunca conseguirán nada político a través de las armas. Esa frase llegó, todo llega en la vida, y fue un alivio, un fin, un aplauso unáne. Ya era hora
Pero de lo tante, nada. De la crisis económica, cero. Al fin y al cabo, el terrorismo ya concitaba un acuerdo de facto desde hace tiempo, desde que Zapatero se dio cuenta de que había fracasado en su intento de terminar con Eta a través de la negociación política. Lo que esperaban los españoles no es un capítulo más del culebrón de las malas relaciones entre Zapatero y Rajoy, sino resultados concretos que den confianza a una economía maltrecha y que se asoma a los abismos del paro disparado a partir de septiembre.
Hace falta más valor, y alguna otra reunión. Que pasen el verano juntos, que a la vista está que cuanto más tiempo pasan juntos va naciendo el amor.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA
