Talleres de vacaciones para niños y jóvenes hospitalizados en Madrid

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Seis hospitales públicos de Madrid cuentan, un año más desde su plantación en 2004 con talleres de vacaciones para los niños y adolescentes de larga hospitalización. Son el Niño Jesús, el Gregorio Marañón, La Paz, el Ramón y Cajal, el Clínico San Carlos y el Doce de Octubre.

 

Con esta iniciativa se quiere mejorar la calidad de vida de los pequeños y de sus familias, aumentar su autoesta, normalizar su percepción vital, contribuir a que se relacionen con otros niños en su misma situación y procurar un tema de conversación ajeno a los problemas médicos.

Esta experiencia comenzó en 2002 en varios hospitales y en 2004 la Dirección General de Educación y Juventud del Ayuntamiento de Madrid consideró necesario consolidar y ampliar dichas actividades a todos los Hospitales con Aulas Hospitalarias legalmente constituidas del municipio, en concreto, a los seis hospitales públicos de la ciudad. Para ello se firmó un convenio con la ONG Save The Children, especializada en este tipo de actuaciones.

Los talleres de vacaciones sustituyen durante la temada estival a las Aulas Hospitalarias encargadas de escolarizar a los niños hospitalizados. Las actividades son de carácter lúdico y creativo, y se diseñan en función de la edad, la tipología y características de los niños y jóvenes a los que se destinan. Están dirigidas, fundamentalmente, a los pacientes de las unidades de Oncología y de Trasplantes; y a los jóvenes ingresados en las unidades de Psiquiatría infantiljuvenil.

Los módulos están formados dos monitores, funcionan de lunes a vies y se parten dos horas diarias. Antes de iniciar los cursos diarios, los responsables se coordinan con la supervisión médica o psiquiátrica para ver las posibles incidencias en la salud de los alumnos. Aunque el programa se desarrolla en las aulas, también se atiende a los pacientes encamados. La organización de estos talleres la gestiona directamente cada hospital. El Ayuntamiento de Madrid sólo interviene en el caso de que no se haya creado ninguno con la finalidad de no solapar las actividades ni saturar a los alumnos.

Las familias pueden incorarse a los talleres y colaborar con sus hijos. Los responsables médicos han evaluado estos talleres como una experiencia muy positiva, ya que permite a los niños y sus familias compartir un espacio de interés mutuo, de entreteniento y de respiro que les beneficia anímicamente y les ayuda a superar la presión hospitalaria. En el caso de los adolescentes se ha constatado un beneficio aún mayor. El hecho de estar ocupados se traduce en una disminución de las conductas problemáticas.  

En el verano de 2007 acudieron a estos talleres 2.331 pacientes. En el hospital Niño Jesús participaron a diario 1.208 chavales; en el Gregorio Marañón, 658; en el Ramón y Cajal, 132; en el Clínico San Carlos, 129; en La Paz, 109, y en el Doce de Octubre, 95.

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