BUENOS AIRES (20/08/08) Tal y como señala el tal de información Americaeconomica.com, pese al buen dato que se desprende del superávit fiscal de Argentina, que en el mes de julio alcanzaría los 1.000 millones de dólares (679,4 millones de euros), la confianza no vuelve a los mercados. Los expertos señalan que si no se concretan cambios en el tan cuestionado Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), los inversores podrían seguir desinvirtiendo en el país, a pesar de los esfuerzos del Ejecutivo demostrar que no existe 'riesgo default'.
De confirmarse las cifras, una mejora cercana al 20% respecto al mismo mes de 2007, los preros siete meses del 2008 marcarían un acumulado de alrededor de 23.310 millones de pesos (5.233,66 millones de euros), lo que representa una mejora del 38% respecto al mismo periodo de 2007.
Al cierre de esta edición no se ha producido ningún anuncio oficial sobre las positivas cifras de superávit fiscal, pese a que la intención era que el ministro de Economía, Carlos Fernández, y el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, lo anunciaran hoy la mañana junto a la apertura de los mercados. Los expertos consideran que este dato no será suficiente para los inversores que exigen cambios en el INDEC.
Según la prensa local, la presidenta argentina habría aceptado realizar algunas modificaciones en este organismo y estos comenzarían su actual titular, Ana María Edwin. Sin embargo, las preras tentativas para buscar un sustituto habrían caído en saco roto ante las exigencias de los candidatos, que afectarían a la continuidad de Guillermo Moreno y su equipo.
Por otra parte, el Ministerio de Economía continuará su recompra de bonos locales hasta llegar a los 1.000 millones de dólares previstos (681,1 millones de euros), según indica la prensa local. El Gobierno también trataría de dar señales de ordenamiento del gasto público en las subvenciones del Ministerio de Planificación, dirigido Julio De Vido.
Las medidas del Gobierno serían la respuesta a los malos datos registrados la semana pasada. Tras la difusión del dato de inflación oficial, descendió aún más la poca credibilidad que tenía el INDEC y también cayó el precio de los bonos referenciados al IPC y el riesgo país llegó a su máxo desde 2005.
