Han sido los Juegos más vistos de la historia Olímpica, los mejor ‘preparados y presentados' a la audiencia, pero también los que más polémica han originado antes, y durante la celebración. La censura de la República Popular sobre la prensa alcanzaba los medios internacionales y, aquellos que se manifestaban a favor de la libertad del Tíbet corrían su mayor riesgo. China ha liderado un medallero del que España sólo ha podido traerse unos merecidos 18 metales; pero, ¿habrá conseguido la ‘potencia asiática' cambiar su agen hacia el exterior?
El pasado domingo la ceremonia de clausura ponía punto y final a Pekín'08, que cedía el relevo a Londres; cómo en el acto inaugural la puesta en escena rozó casi la perfección, digo casi que conscientes de los ‘trucos' inaugurales, era lógico pensar que quizás los fuegos artificiales volvían a ser recreados ordenador.
Es ahora el momento de hacer balance pero, otros colectivos e instituciones no pudieron esperar a que el evento alcanzase su final para manifestar que muchos de los compromisos que se habían adquirido ante la cita olímpica no se estaban cumpliendo. Así pasó con Reteros Sin Fronteras, que hacía un balance negativo del respeto a la libertad de expresión, la ONG destacaba que ‘detenciones, condenas, censura, vigilancia y acoso de más de cien periodistas, bloggers y disidentes' quedarían en el terrible recuerdo del aconteciento. En el caso de los patrocinadores y según indicaba la Human Right Watch, las doce marcas que se escondían tras el emblema olímpico no consiguieron ser fieles a sus compromisos en responsabilidad social.
Sin embargo; algo si que se consiguió, tras años de bloqueo, y debido a las fuertes críticas de los periodistas que cubrían los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el Gobierno chino desbloqueó páginas de Intet ‘sensibles', aunque mantuvo la censura sobre otras como Free Tibet o Estudiantes un Tibet Libre. La celebración también sirvió para que las voces de la BBC, a través de su página web censurada durante años pudieran sonar en China.
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China ha demostrado, una vez más, que es capaz de una organización que no olvida el detalle, pero se ha olvidado del compromiso plícito de organizar unos Juegos en un contexto político y social de respeto íntegro y pleno a la dignidad de la personas, la libertad de expresión y de participación política.
El patriotismo desorbitado de los anfitriones, escondido tras un más que repetitivo ‘Oda a la Madre Patria', no ha conseguido que desde fuera, y mucho me creo que tampoco desde dentro, olvidásemos las injusticias que se viven en el país más poblado del mundo.
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