Spanair y su dirección han comprobado los efectos de las medias verdades. Han roto una de las premisas de la comunicación de crisis, una de las reglas que Enrique Alcat describe y prescribe en su ‘¿Y ahora qué?', un libro fundamental para afrontar situaciones de comunicación en momentos críticos como los que está atravesando la compañía. Nunca mientas, nunca digas lo que no conoces, toma la iniciativa, sé sincero. Todo eso es el ABC de la comunicación. Spanair quiso controlar los tiempos, y dejó que Maleni, tan necesitada de señalar responsables, se diera prisa en dejar sobre la mesa del Congreso la especie de que se había discutido el cambio de avión. Todo eso le ha permitido a Maleni salir de rositas, y evitar el debate sobre el tiempo que tardaron los servicios de emergencia en llegar hasta el aparato estrellado.
Medias verdades asoman en la campaña americana, con la atractiva Palin y su fracaso familiar, líos con los abogados y una hija más casquivana de lo que mamá quisiera. La familia Palin es una caja de sorpresas. Si aprovecha la situación, la señora puede salir del caso como una mujer mucha más humana de lo que nos han presentado. Los fracasos nos hacen cercanos. Ya lo dijo Tolstoi: ‘Las familias felices son todas iguales, las que son desgraciadas, lo son cada una a su manera'. Un fracaso nos define mucho más que un éxito. Y no digamos un embarazo no deseado.
Las medias verdades, y muchas mentiras, han perseguido durante todo su mandato a Zapatero. Ahora quiere borrar las huellas de la pasada legislatura mientras se pone serio y estupendo para arreglar el roto de la crisis. Complejo. Mintió sobre Eta, mintió con la realidad económica, y ahora nos dice Amando de Miguel que miente en su lenguaje gestual cuando junta las manos, ¡cuando junta las manos!, que se pone como si rezara.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA
