En los últos días hemos visto cómo American International Group (AIG), la mayor aseguradora norteamericana activos, busca un salvavidas de entre 70 y 75 mil millones de dólares que le permita sobrevivir. Otras aseguradoras que han salido a la palestra han sido la francesa AXA y la holandesa Aegon, pero sus participaciones en Lehman Brothers, aunque ambas han restado tancia al pacto final que la suspensión de pagos del banco estadounidense pueda tener en sus cuentas.
Los 20.000 millones de dólares obtenidos del estado de Nueva York, gracias a un complejo intercambio de activos, han sido una bocanada de aire fresco para AIG… aunque insuficiente.
El salvavidas de la aseguradora supone contar con una línea de crédito de entre 70.000 y 75.000 millones de dólares, una cantidad que podría provenir de una iniciativa conjunta entre JPMorgan y Goldman Sachs, entidades que cuentan con la venia de la Reserva Federal. Pero las calificaciones de la aseguradora siguen recortándose, al igual que sus cotizaciones en bolsa, y dificultan la tarea.
La situación extrema que vive AIG comenzó con las garantías suscritas sobre derivados vinculados a las hipotecas y se han saldado con tres trestres demoledores, en los que las pérdidas acumuladas se acercan a los 18.000 millones de dólares.
El caso de la suspensión de pagos anunciada Lehman Brothers también puede tener consecuencias en el sector asegurador, aunque menos serias.
Aegon ha mostrado sus cartas al confirmar en un comunicado dirigido al regulador bursátil de Londres que su exposición a la quiebra del banco estadounidense asciende a 265 millones de euros y que a lo largo del presente curso se ha encargado de ir rebajando su exposición en cerca de 20 puntos centuales. La cifra difundida Aegon incluye los llamados ‘Credit Default Swaps' (CDS), derivados de crédito que a cambio de una pra obligan al suscriptor a asumir los pagos que se produzcan.
Por su parte, la francesa AXA, frente a algunas versiones que señalaban que cuenta con un 9% de participación en Lehman Brothers, ha aclarado que controla un 0,05% de la entidad bancaria y que su exposición asciende a 300 millones de euros, mientras que de AIG posee el 0,02%, con una exposición de 150 millones de euros. El quid de la cuestión es que todo quede ahí y no pase a mayores.
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