Con la llegada del otoño y con él de la humedad y la menor ventilación de las casas la calefacción, aparecen de nuevo los ácaros, provocando que se agudice las manifestaciones alérgicas de esta patología que afecta a cerca de dos millones de personas en España.
En esta época, se presentan las condiciones de humedad y temperatura adecuadas para que estos organismos proliferen en el ambiente. La humedad es la que condiciona el número de ácaros y la temperatura es el factor que decide el tiempo necesario para completar su ciclo vital. El desarrollo de los ácaros se produce a temperaturas de 2025 grados con una humedad relativa del 75 ciento.
De este modo, las zonas que más favorecen el creciento de estos microorganismos son las islas Canarias, así como el resto de la zona costera, el norte, la cornisa cantábrica, Galicia y Levante.
Los preros síntomas de esta alergia son, lo general, congestión nasal, estornudos, asma y enrojeciento de la piel. Estos indicios suelen presentarse en los preros cinco años de vida, aunque pueden padecerse en cualquier momento.
Según el médico adjunto del Servicio de Alergia del Hospital de Basurto en Bilbao, Ignacio Jáuregui, la ‘predisposición alérgica' es un ‘condicionante fundamental' para la susceptibilidad a padecer enfermedades alérgica respiratorias como los ácaros. Asismo, la exposición a estos organismo aumenta la posibilidad de padecer una alergia.
La principal medida que debe llevarse a cabo para acabar con los ácaros es la adopción de medidas de control ambiental para reducir la población y otro lado aislar, elinar o inactivar estos alérgenos. De este modo, se recomienda evitar la humedad en la vivienda, favorecer la luz solar, mantener lpia la zona del enfermo y evitar moquetas, alfombras y otros objetos que acumulan polvo.