TODO POR LA PASTA

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En su viaje hacia el reconociento de la crisis, a Zapa le ha llegado la hora de sentarse con Rajoy. Es curioso este esquema tan español de hacer de cada legislatura un tiempo temático, un parque en el que sólo se juega en una atracción. En la pasada fue ETA y su circunstancia, que fue la que le marcó el gobierno, tan necesitado de colgarse la medalla del final del terror. En esta es la crisis económica. Los medios tenemos un público sufrido, que habla solo de un asunto, un día tras otro, un programa tras otro. Hasta Belén Estéban se ha especializado en las hipotecas basura, de la misma forma que antes estaba puesta  en otro tipo de ‘subpres'.

La especialización política era tanta que los partidarios de Zapatero, decían en las tertulias que no sería bueno un nuevo pacto político, que hay que dejar terrenos de confrontación. Lo cierto es que cuando Rajoy estaba a punto de proponer un plan con junto, va Zapatero y anuncia que le va a llamar a la Moncloa. Será una entrevista cosmética, dedicada tan solo a la propaganda, y que Rajoy debería preparar con habilidad, que de lo contrario será un nuevo abrazo del oso, destinado a decir a la opinión pública que Mariano es partidario del recorte, y Zapa su defensor. Nuestro presidente es el hombre que más habla de diálogo, pero en realidad demuestra ser un presidente sectario que no ha llegado a ningún pacto.

Lo de Estados Unidos es un ejemplo. En plena campaña se ponen de acuerdo. Aquí no. Aquí en campaña habrían llegado a las manos. Como estamos lejos de la batalla final, se reúnen, pero no esperen nada. Ese día no subirán las bolsas.

ALFREDO URDACI, PERIODISTA

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