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El gobierno de Estados Unidos dio marcha atrás en su intención de negarle la entrada al país a Ilsa Rodríguez y Tomás granados, corresponsales de la agencia cubana Prensa Latina en la sede de Naciones Unidas en Nueva York. La revocación de su decisión fue anunciada hoy el Departamento de Estado norteamericano.
Como ya os contó prlatam, ambos periodistas habían denunciado la negativa de Washington a renovarles la visa para regresar a Nueva York, tras pasar sus vacaciones en Cuba. Los corresponsales cubanos acreditados ante las Naciones Unidas son obligados el gobierno estadounidense a solicitar visa cada vez que se proponen retornar a cumplir con su responsabilidad profesional en la sede principal del organismo mundial.
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El tavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack, explicó que el Ejecutivo ‘de conformidad con el acuerdo con la sede de la ONU' había decidido ‘emitir las visas a los dos periodistas en cuestión'. Así, Ilsa Rodríguez y Tomás Granados podrán regresar a sus puestos como corresponsales en las Naciones Unidas, labor que desempeñan desde 2005.
La negativa inicial del gobierno estadounidense de no renovarles la visa a los periodistas había provocado una oleada de protestas desde varios colectivos de periodistas. Así, la Federación Latinoamericana de Periodistas calificó el hecho como un ‘atropello' que atentaba no solo contra ‘los elementales derechos de los trabajadores de prensa' sino que también ‘vulneraba gravemente el derecho humano a la información de la sociedad en su conjunto'.
A esta posición se sumaron también la ONG Reteros Sin Fronteras y varias asociaciones nacionales de periodistas, como la Federación de Asociaciones de Periodistas de México, el Consejo Nacional del Colegio de Periodistas de Chile o la Unión de Periodistas de Nicaragua.
Algunos de estos colectivos denunciaron que la negativa norteamericana de entrada a los corresponsales de Prensa Latina en Naciones Unidas representaba un gesto de intolerancia y fobia de Washington. Así mismo, el Moviento Periodismo Necesario (MPN), asociación de comunicadores venezolanos, expresó en un comunicado que la medida no sólo violaba la libertad de informar y ejercer la profesión, sino que sentaba un grave precedente en cuanto al carácter neutral que debería regir en sedes de organismos internacionales.