VIOLETA Y LOS MÉDICOS

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Cuando en medio de un delirio injustificable, Violeta Santander culpó a la sanidad madrileña del coma del profesor Neira, el público de La Noria bramó. Había ambiente de linchamiento, y un desprecio sin matices cada respuesta articulada. Su intento de ocultar la agresión y sus consecuencias tras la pancarta sindical que enarbolan algunos sectores de la sanidad fue vano. Pero resultó tan escandaloso que frenó en seco los intentos de algunos tertulianos derivar el caso y sus rentas políticas hacia el debate sanitario. El coro griego (público de la televisión) respondió al unísono que no, que ni tocaba ni se admitía ese recurso retórico.

Traigo el caso a este Micromega que en los intentos de agitar la sanidad se ve el cartón de una ofensiva política contra el gobierno de la Comunidad. Todos los sectores públicos son trincheras para la oposición. El socialismo practica la vieja estrategia de utilizar al sindicato como correa de transmisión para azotar al poder político y montarle una gresca a Güemes a ver si consiguen despeinarle. Para hacer oposición ya no les sirve el Parlamento. Sólo son útiles Telemadrid, las escuelas públicas y la Sanidad. Nada dirán de la supresión parte del gobierno de las entidades colaboradoras, de la mezquindad con la que se trata a Madrid en los presupuestos. Les doy dos datos que los sindicatos no ignoran pero ocultan. En Madrid se han creado en los últos años ocho veces más hospitales que en Andalucía. Madrid es junto a La Rioja y Murcia las comunidades donde más inmigrantes se integran en las escuelas concertadas.

Espero que esta mañana los sindicatos médicos digan que no quieren tener a Violeta en la pancarta violenta que sostienen contra Güemes. Basta una nota.
 
ALFREDO URDACI, PERIODISTA

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