Las dificultades las que ha pasado la mayor aseguradora del mundo la han llevado a confiar en la Comunicación, tanto a uno como a otro lado del charco. Algunas versiones de prensa señalan que American International Group (AIG) podría contratar los servicios de la consultora Burson Marsteller, mientras en España, AIG Iberia se ha desmarcado de su matriz en una rueda de prensa, ¿acaso no es eso una estrategia de comunicación?
Un rescate de 85.000 millones de euros parte de la Reserva Federal de Estados Unidos; las suspicacias que levantó la estancia de los directivos de AIG en un hotel de lujo que costó 440.000 dólares, tras ser rescatados con fondos públicos; otra inyección de liquidez 37.000 millones de dólares… Son una losa muy pesada que ha hecho que la opinión pública pierda la confianza en American International Group.
Por ello, en una rueda de prensa celebrada ayer en Barcelona, el director general de AIG Iberia (que agrupa los negocios de España y Portugal), Álvaro Mengotti, insistió en que la filial de Europa es independiente de la matriz estadounidense del holding y que se diferencia de ella en que no tiene exposición en la paquetización de deuda financiera de la banca.
Asismo, reafirmó las buenas expectativas de negocio que tiene la compañía en la Península Ibérica, donde tiene previsto crecer en los próxos años cerca de un 20% gracias a su estrategia centrada en el creciento orgánico. Con el objetivo de consolidar el mensaje de confianza, Mengotti explicó que AIG Iberia depende de AIG Europa, con sede en París y regulada las autoridades francesas, y que suma activos valor de 5.700 millones de euros.
Ése es el mensaje en España: AIG no tiene nada que ver con Estados Unidos. En nuestro país, la entidad trabaja con la agencia de comunicación Portocarrero & Asociados que, consultados prseguros sobre si preparan alguna estrategia o plan de comunicación de emergencia, han preferido callar, litándose a confirmar que siguen trabajando con ellos.
Pero en ‘el país de las otunidades', efectivamente, la apuesta parece ser otra. The New York Post informaba hace unos días que la aseguradora se había propuesto contratar los servicios de la consultora de relaciones públicas Burson Marsteller. Citando fuentes sin identificar, el rotativo señalaba que la suma a pagar era algo más que suculenta: entre 100.000 a 200.000 dólares al mes.
En definitiva, la compañía en busca de la reputación perdida intenta desmarcarse de los ríos de tinta que sigue haciendo correr AIG en Estados Unidos. AIG Iberia está especializada en seguros no vida de grandes y medianas empresas, aunque también llega a particulares a través de entidades financieras y grandes superficies. Ahora está preparando un nuevo seguro para grandes patronios. ¿Acaso no es esto en sí mismo un plan de comunicación?
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