SANZ Y LA TESTOSTERONA

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Sanz, Miguel, gestionó bien la crisis con el PP de Madrid hasta el día que decidió hacer caso de su sistema hormonal. A la hormona hay que tenerla sujeta. Los judíos han inventado todo un sistema de educación para dominar las suyas. Pero algunas son levantiscas, arriscadas, rebeldes, cargadas de materia explosiva, demasiado recias para ser dominadas, incluso la educación, no digamos cuando no se tiene. Sanz se dejó llevar la sed de venganza. Cuando se ha probado la sangre se quiere más. En el prer bofetón a Rajoy saltó la hemoglobina, y Sanz quería la cabeza de Cervera, y la de del Burgo. Dos el precio de uno. Las tiene sobre la mesa. Y la ruptura también. Ahora el Psoe tiene a Sanz cogido las amígdalas inferiores. El día que ya no le sirva como juguete lo romperá en dos. La derecha navarra será fragmentada como las astillas de un tronco, y los socialistas a reinar. Todo la testosterona, a la que Sanz llama Navarra, en una trágica confusión entre el producto de las glándulas y el color de la enseña. Que Dios le tenga en su gloria.

ALFREDO URDACI, PERIODISTA

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