SANIDAD, MONEDA DE CAMBIO

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La Sanidad madrileña es pública, pero la clase médica, o un amplio sector de la misma, sospecha un futuro negro de privatización excesiva, debido a la ideología liberal de la Presidenta de la Comunidad. Tomás Gómez, Secretario General de los socialistas del PSM, da una de cal y otra de arena. Gómez es un clon de talante zapaterista. Es decir, una persona más amiga de consensos que de enfrentamientos a cara de perro. Por un lado, concuerda con Aguirre sobre privatizaciones de ‘servicios no estrictamente sanitarios', es decir, catering, lpieza, informática y poco más. Por otro, coincide con la clase médica, poniéndose la venda antes de la herida el miedo liberalizador. Prero, que los médicos se sienten más cómodos cuando su sueldo depende, y si fuera posible para siempre, de papá Estado. Segundo, y esto es lo tante, que piensan con buen criterio que la Sanidad garantiza mejor la universalidad y la cobertura plena a los pacientes cuando es el Estado quien lo administra de manera íntegra.

Juan José Güemes, hombre apasionado de la cultura sanitaria, se ha empleado a fondo en conocer todos sus mecanismos, para ‘garantizar rapidez y eficacia a los usuarios'. Cree Güemes, y así lo confiesa, que cuando un paciente pide asistencia, lo tante es que la reciba en tiempo y calidad y, sobre todo, que no le cueste un duro. ‘Usted va a diagnosticarse o a operarse a un hospital madrileño y no paga un duro', proclama Güemes. ¿Eso es público o privado? Tautología. Pero Gómez sabe que en Madrid han construido, en la legislatura, ocho hospitales, y en su gira los mismos, trata de buscar los defectos de forma típicos de las prisas o del creciento apresurado. Falta personal médico, especializado o no, falta instrumental adecuado, faltan servicios, y sobre todo, cual perro guardián del servicio público, vigila que acaben con las interminables listas de espera que, en esta Comunidad y el resto de España, son ya clásicos históricos.

La labor de desgaste que los sindicatos han efectuado durante las últas semanas recibiendo con pitidos las visitas de Aguirre y de Güemes, pretendían asegurar la gestión pública íntegramente y poner freno a la incipiente privatización de algunos servicios como, ejemplo, Laboratorio o Hematología (pruebas analíticas). Los sindicatos desconfían, y Gómez, en la últa reunión que ha mantenido en Puerta del Sol, ha arrancado de la Presidenta (quizá en sus horas bajas lo que está sucediendo a nivel mundial con las doctrinas liberales) la creación de una Comisión en la Asamblea (Parlamento Autonómico de Madrid) para analizar la sanidad y eventualmente ayudar a mejorarla. La Presidenta tampoco salió con las manos vacías. A cambio, ha consolidado el compromiso del exalcalde de Parla de que los socialistas no serán obstáculo para sacar adelante los presupuestos de Madrid para el 2009. De esta manera, la Sanidad tendrá su propio marco reivindicativo.

CONCHA MINGUELA, DIRECTORA 'GENTE EN MADRID'

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