Aunque existen diferencias entre el programa sanitario presentado el candidato republicano John McCain y el propuesto el ya elegido presidente de Estados Unidos Barack Obama, ambos coinciden en una cosa: no dejan de concebir la sanidad como un negocio y no terminan de garantizar una cobertura médica universal. Pero entonces, ¿qué pasará con los 47 millones de personas que aún no tienen un seguro médico en Estados Unidos? Parece que con Obama el problema quedará resuelto…
Y es que, frente a la propuesta republicana, que ofrecía una cobertura sanitaria a 27'5 millones de estadounidenses (más de la mitad de los que ahora no tienen seguro), Barack Obama promete que plantará un programa de cobertura sanitaria universal, acompañado de ambiciosos proyectos como programas de prevención y control de enfermedades crónicas o la inclusión de un nuevo sistema que analice y registre la calidad sanitaria de los hospitales y los centros de salud.
Pero además de lo anterior, el nuevo presidente de la prera potencia mundial pretende crear una organización nacional para fomentar la competencia entre compañías aseguradoras al tiempo que ampliará el programa asegurador para menores con bajos ingresos y establecerá multas para las aseguradoras que nieguen la cobertura a pacientes de alto riesgo. Otra de las propuestas del que fuera candidato demócrata a la presidencia de la Casa Blanca es la de vetar a las compañías farmacéuticas que bloqueen la entrada de genéricos.
Ahora bien, algunos expertos han expresado su opinión sobre el macro plan sanitario del nuevo inquilino de la Casa Blanca y consideran que, aunque ambicioso, el programa de Obama en materia sanitaria es ‘complicado de cumplir' la situación de crisis en la que se encuentra inmersa la economía mundial.
Frente a esto, el programa sanitario del perdedor McCain ofrecía más transparencia en la calidad asistencial de centros facilitando el desarrollo de estándares nacionales, mayor facilidad de tabilidad de los planes de seguro al cambiar de empleo o la libre elección del paciente respecto a tratamientos, sin litaciones en función de ingresos, sin duda medidas más austeras, pero, como dicen los especialistas, ‘más ajustadas a la situación actual'.
Eso sí, McCain no amplía el programa para menores con bajos ingresos y obvia el veto a las aseguradoras que niegan la cobertura a los pacientes de alto riesgo, aunque propone un plan de garantía de acceso.
Pero la cuestión de fondo, ahora que gobernará Obama, y cuatro años más tarde, cuando repitan demócratas o lleguen de nuevo los republicanos, será la misma: Estados Unidos sigue sin querer un sistema sanitario público como el europeo y mucho que inviten a nuestro ministro Bernat Soria a mostrar las bondades de nuestra sanidad pública, a día de hoy, en Estados Unidos están lejos de poder garantizar una atención praria accesible, gratuita y universal, como dicta la Organización Mundial de la Salud.
