ROMPER EL SILENCIO MACHISTA

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Romper el silencio, superar la vergüenza, denunciar, atreverse. En lo que va de año 57 mujeres han sido asesinadas decir ‘no' decir ‘basta', no querer separarse de hombres a los que ya no querían, en el mejor de los casos, o que las maltrataban en el peor de ellos. Cincuenta y siete familias rotas como consecuencia de tantos años de muro de silencio y vergüenza que envuelve estos casos hasta hace muy poco ‘socialmente incorrectos'. La sociedad machista en su inmensa mayoría todavía arrastra una carga insotable de ‘complicidad sutil' que ejerce de caldo de cultivo para estos actos de violencia que, antes de llegar al desenlace fatal, van acompañados de silencios cómplices, de bromitas estúpidas y denigrantes para la mujer y en definitiva un, no erradicado de todo, concepto de que la mujer o es mía o no es de nadie.

El machismo no entiende de capas sociales. El orgullo herido de estos ‘enfermos mentales' muchas veces arropados en grupos propios que les alientan y les comprenden. ¿Cómo se digiere, en una sociedad avanzada, que 80.000 hombres hayan sido condenados en tan solo tres años desde que se aprobó la Ley Integral contra la Violencia de Género? Y todavía hay que leer, en los medios de comunicación, firmas ‘prestigiosas' hablando de manipulación, exageración y otros properios cuando se informa de las denuncias de las mujeres.

Más de cien mil órdenes de alejamiento han sido tramitadas en estos tres años y quizá un alto centaje de ellas han evitado muchas muertes. Si, son 57 las mujeres asesinadas, de ellas 31 inmigrantes, pero son más de cien mil las que tienen que vivir bajo el perio del terror, de un marido o ex pareja que enloquecido el abandono no aceptado, se juramenta para buscarlas hasta el fin de sus días y matarlas. Son centenares las casas de acogida donde estas personas tienen que vivir, con sus hijos, escondidas, y en lucha permanente para librarse del manto de vergüenza que las envuelve. Porque la mayoría de ellas sienten que hay algo sucio en ellas, que algo han hecho mal, y quedan atrapadas en un síndrome permanente de culpabilidad. La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, entrevistada este periódico, ha asegurado que todavía queda mucho hacer, si bien es cierto que las 57 de este año (aún queda diciembre) son menos que las 71 asesinadas del año pasado, pero insiste en que la sociedad entera tiene que mentalizarse y no mirar para otro lado. Por otra parte, asegura que se está trabajando intensamente, con otros organismos de Interior y Justicia para que los juzgados y efectivos policiales de vigilancia, sean cada día más eficaces. Frecuentemente la vícta mortal ha denunciado decenas de veces, tiene órdenes de alejamiento y aún así, el agresor la encuentra y la mata. Contra esta lacra social tenemos que involucrarnos todos ya que el machismo comienza, para hombres y mujeres, desde la escuela y termina en la tumba de ellas.

Concha Minguela

Directora de Gente en Madrid

http://www.gentedigital.es/

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