MADOFF, NUEVO PARADIGMA DE LA ESTAFA

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Un paso más en el desmadre financiero, un chico de Wall Street de 70 años, un gurú, evaa 40.000 millones de dólares jugando al bonito juego de la pirámide. Estafa a amigos, conocidos, bancos como Nomura, BNP Paris, y miles de incautos millonarios.

Esta crisis batirá record de escándalos, lo de Bernard Madoff, el exitoso asesor financiero, no será el últo. Las crisis, suma de desgracias, tienen algo bueno, ponen a los delincuentes contra las cuerdas.  

Y esta vez el descosido llega a España, el Banco Santander perderá 2.300 millones, y puede que haya mas damnificados españoles, ya iremos viendo.

Bernard Madoff ha batido dos récords, llevaba desde los 90 practicando el alto interés y el alto riesgo, pagando intereses a viejos clientes con ingresos de nuevos clientes, o sea la pirámide. Este genio, además, pasaba auditorías, y manejaba dos negocios alegremente: una sociedad de bolsa vulgar y corriente, y un hedge fund, fondo de alto riesgo, finamente llamados fondos de inversión libre, para millonarios.  

La guinda y el gozo de la parroquia es que esta vez los estafados no son pobres sino millonarios dueños de equipos detivos americanos, ricos de todo pelaje y bancos profesionales como el japonés Nombra, o el francés BNP. Lo de Botín en España, pillados sus clientes, demuestra que este hombre es humano. El banquero cántabro debe hacerse cruces, él no pierde pero el daño a sus clientes es de abrigo.

La reflexión final me la dio hace días Mario Armero, expresidente de General Electric España, "el neoliberalismo, y la falta de regulación, es responsable de muchas cosas, vamos a un sistema público privado, de más intervención".

Golpe a la confianza financiera mundial. El palo a la confianza en los mercados es brutal. Salir de la crisis llevará años, y esto es otro golpe psicológico tremendo. Habrá más regulación, pero nada es definitivo. Llevamos siglos con Código Penal, y delincuentes, los códigos cada vez más depurados y los delincuentes mas sofisticados. La avaricia es la condición humana. Por desgracia.

MIGUEL CIFUENTES
PERIODISTA

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