LOS REYES MAJOS

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Digo bien señores, no se me ha dio la "pinza" en estos preros días del año. El Rey, que ya va 71 años, ¡Felicidades Majestad! nuestro Juanito, el auténtico, pide el alto el fuego en Gaza en la festividad de la Pascua Militar. Le ha acompañado la Familia Real y la mujer que perdió la ene en un susto. "Carme", la amiga de Magdalena, la de los trenes, hace balance del año anterior y se marca retos futuros. Como esperemos hacer algo nosotros en el Oriente Próxo que esperen otro año, que los Reyes, a veces, hacen milagros. El año ha acabado en la franja al igual que empieza. Ahí los reyes no son magos, no existe la paz que la guerra es un juego que nunca ha dejado de existir. Los niños no conocen la palabra paz que su trivial es el escapar de una bomba, huir con sus madres a la frontera a buscar algún juego mejor y a lo peor, salvar la vida. En este día que culmina con regalos y deseos para muchos nos preguntamos si en las navidades de este lado del planeta acaso hay guerras familiares, disputas entre cuñados que se odian, personas que no se pueden ni ver y que ser navidad, brindan un año mejor. Vaya, vaya…

En un año de nieves, tendríamos que tener bienes si augurásemos algo más que legitar las navidades con paquetes que ya no satisfacen ni a los niños que todo lo tienen. Estos, los nuestros, no saben lo que es escapar. Correr en busca de la realidad de la vida que no es otra que salvar el culo, bien sea de una bomba, de un trabajo, de un cate. Nos presentamos en el mundo con la sabiduría bien aprendida y quizás, ni siquiera nos detenemos a pensar que a ninguno de los nuestros le hace ilusión un regalo. Recuerdo aquel escenario de niña en donde los Reyes aparecían sorpresa y te daban aquello que habías pedido si eras bueno. Hoy en día los niños no se saben qué son. Ni siquiera ellos lo distinguen. ¿Qué será ser bueno para mis padres? ¿ qué me lo ha preguntado Melchor? Hasta ellos distinguen que los Reyes no son magos que en su pueblo, en el barrio o en la tele, esos que salen no son los de verdad y los de de verdad son papá y mamá.

Padres con carros en el almacén "Toys ´r´us" que significa "los juguetes somos nosotros" que van con los niños a comprar lo que supondrá una sorpresa. Así van a lo seguro y luego el niño le escribe la carta a su tía, que a los Reyes Magos no tiene sentido. Otra maquinita más, otro móvil quizás, que ese que tienes no sube las paredes solo y ahora Pepito tiene otro y le van a regalar ese, y con ellos, una serie de necesidades que antiguamente se llamaban regalos que les crea el sistema y que fielmente corroboramos en un día en el que los reyes pasan de ser magos a ser majos. Y creo que es un día triste si no fuera las caras inocentes de los que aún son niños.

De nada sirve la sorpresa, la búsqueda del regalo perfecto, el detalle quizás concebido para ser entregado a alguien que no espera nada de ti. El agradeciento formal del año que se traduce en un día que quizás no es material pero sí supondrá un recuerdo para siempre. Los niños, en cambio, los que ya no creen en los Reyes que a este paso serán los de dos años con la era de la comunicación, deducen que esos que dicen ser magos, habrán entendido perfectamente el mensaje que con ocho suspensos, lo menos que me pueden traer es esto o esto otro. Los padres, abnegados, escuchan con absoluta precaución lo que a su juicio pagará la forma de no haberles atendido aquel día frío de marzo, el no haber estudiado con ellos un día que tenían un examen, el no haber velado su sueño si la fiebre llegaba a llamarles. Ese regalo, el de la presencia, se materializa en forma de Ipod Nano que debe ser algo parecido a un cacharro enano que justifica su ausencia, tu ausencia, nuestra ausencia…

 Los niños, colmados de bienes y de alentos, no heredan la bici del vecino, no entienden la vida sin móvil, sin DS, sin unas zapatillas Converse o sin un vestido de marca. Ellos exigen lo que todos tienen y si tienes que pedir un crédito para pagar una X Box, lo pides, que atrás quedarán los 364 días en los que intentaste llegar a fin de mes, pensaste que lo que tenía era suficiente y le hiciste valorar que vive en la franja de España. Esa que linda con la Francia de Sarkozy, el hombre optista que desde que canta en la cama de Carla Bruni ve cerca el fin de la ofensiva israelí después de la matanza en esa escuela de la ONU. El alto el fuego, que también según Bush está cerca y será duradero no llega, no parece llegar y, ¿a quién le ta? ¿Ha pensado usted en este día mágico cómo estarán sufriendo montones de personas que no tienen adonde ir? Bush, el hombre del Ketchup para que nos entendamos, en el fondo y en la forma, habla no callar. Dentro de quince días se irá a cuidar las vacas de papá Bush y si te he visto no me acuerdo. Obama se encuentra con el pastel después de haber descansado en su Hawaii natal y ahora ya lamenta su preocupación lo que está sucediendo. Atrás quedaron los acordes de Elvis en aquellos maravillosos sesenta en los que las chicas soñaban con un regalo que se llamaba ir a Hawaii a encontrar el amor en una playa. Lo que le viene al muchacho le va a hacer cambiar de color como a Michael Jackson pero con menos gracia. El melocotón que tiene preparado no tiene nada que envidiar a otros mandatarios.  

El nuestro, Zetapé, el hombre de las cejas arqueadas se sujeta el atril a la espera de poder responderle a mis colegas y no desvanecer en el intento, aparecerá próxamente como si fuera una película de estreno con alguna solución a este problemilla que en estos lares llamamos crisis. Crisis, what crisis? Supertramp. Eso, dejémoslo ahí que ya no tiene ni nombre, que lo de crisis se ha quedado en un juicio de faltas.

Al resto, a los del tercer mundo que les den morcillas si no pueden llamarse entre ellos que para qué quieres un móvil con tarifa Vitamina o esas cosas si estás a punto de perder la vida en el siglo XXI.  Si un balón que es solamente redondo les haría felices montones de días. Si un tipo con Beckham no sabe qué hacer con el dinero y en el otro lado del disco, miren cómo cantan los que tienen dolor. Esas niñas que con una muñeca vieja jugarían a las casitas formando hogares que quizás no tienen no reciben ni siquiera eso, pero aquí tenemos Gran Hermano, eres famoso que te llamas Efrén o vaya usted a saber qué majadería nos venden este año. La vida, nuestra realidad no la enseñamos en días como hoy como dirían los colegas de Radio Nacional, la pública. En esos días que seguirán al de hoy, días como los de mi amigo Juan Ramón Lucas o los de Carlos Santos. la campaña "un juguete, una ilusión", la podríamos trasladar a esta España nuestra a ver si los niños se dan cuentan de lo que no tienen. Ahora, para los padres, llegan días en los que amenaza el Euribor, la hipoteca no se puede pagar, al menos uno de los dos cónyuges está en paro, y la vida, como hace diez días, sigue su curso sin el menor pundonor pero como dice la canción, ¡aquí no hay playa, vaya, vaya!

Que los Reyes Magos se encarguen de hacerles valorar un amanecer, pisar suelo firme o tener unos hijos el día de mañana. Que los niños puedan aprender a considerar que la ciudadanía empieza en su hogar y no en los libros de Teresa de la Vega, la mujer de los periplos hindúes; esa que les explica los tipos de familia que hay. Quizás se les ha olvidado el capítulo, "los tipos de regalos que tendrás". La familia no es otra cosa que un lugar en donde te abrazan si tienes frío, un lugar al que siempre puedes ir sin llamar, un sitio en el que te cuidan si te enfermas. Un momento que queda congelado en tu memoria cuando recuerdas lo que tu padre o tu madre hizo ti aquel día de Reyes u otro día cualquiera cuando a lo peor, no tenían otra cosa que darte que una buena educación o quizás un abrazo generoso mientras observabais juntos los perfiles de un atardecer.

 Que las habitaciones de los niños no sean las de los "troncos o colegas" que pasan horas chateando con sus amigos encerrados en un mundo que acaba en sus cascos que solamente les permiten escuchar berridos de otros colegas, que aprendan a jugar y a sentir en la calle con los suyos ya, que lo que les queda vivir no es lo que se dice un camino de rosas y el batacazo puede ser peor de lo que pensaban. Una familia, no tiene qué ser enorme, puede ser splemente un compañero de viaje que te abraza, te escucha y aunque pase el tiempo los sonidos del silencio te den el regalo del amor. Ese quizás es el mejor regalo y aún no sabemos dónde lo venden.

Canten últa vez y vivan con el cachondeo de este santo país de charanga y pandereta, "A tu puerta hemos llegado, cuatrocientos en cuadrilla, si quieres que nos sentemos, saca cuatrocientas sillas". En el fondo, los villancicos españoles son alegres y demuestran lo que poco a poco estamos empezando a dejar de tener; alegría. Deje la hamburguesa y la pizza, al hombre gordinflón de barbas rizadas y gorro colorao  que llaman Papá Noel y sueñe con esos hombres que aparecieron en la Biblia y curiosamente Le entregaron, oro, incienso y mirra. Pero claro, como tampoco dan religión pues no saben de qué va la vaina. Para merendar hágales un bocata de chorizo y ¡a vivir, que son dos días!. El resto de las cosas, se las trajeron los Reyes, que recuerde son tres en forma de plástico rectangular y se llaman Visa, Master Card o loqueustedquiera.

Mientras llegan, vea usted a Nadal y a sus pelotas ir y venir. En lo que dura un telediario ha acabado con Santoro. Si no les ha tocado el Niño, sueñen con que les toque la niña que la lotería y la pritiva se juegan todas las semanas y nadie que se sepa comenta si le ha tocado. Por cierto, ¿conoce usted a algún ganador?

Yo sí, tengo amigos, familia, hijos, me siento querida y vivo en el prer mundo. Ese es el mejor legado de la vida

¿Les parece poca mi suerte?

Feliz 2009.

Ana de Luis Otero.

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