La semana empieza con resaca, tras la rectificación en toda regla del cuadro macroeconómico de Solbes. Ahora anuncia un 2009 malo, un 2010 regular, y un 2011 bueno. Se disparan el paro y el déficit público. Una buena noticia: los precios seguirán bajando hasta el verano y el petróleo lo mismo. La opinión pública está digiriendo el trago. Ríos de tinta, coro de lamentos de analistas, salvo los contumaces que parecen alegrarse. La nueva postura de Solbes confirma los análisis más pesistas de bancos extranjeros, UBS y compañía, realizados en el últo año. Rajoy ha tachado de engaño manifiesto a las anteriores previsiones del gobierno, tiene su razón, los Presupuestos del Estado al garete.
El 50% de los electores son trabajadores, los paganos inocentes de esta factura. Los políticos saben que hay que rescatarlos. Solbes acaba de admitir la caída del creciento hasta un 1,6% en 209, y una subida del déficit público al 5,8%, lo que genera un altíso desempleo. ‘No llegaremos a los 4 millones de parados', insiste. ¿Tendrá que volver a enmendar la plana sobre tal afirmación?
Se deja para 2010 la recuperación del PIB, con un creciento del 1,2%. Confía en el tirón americano y europeo, aunque el Estado tendrá que echar el resto. Y fin, en 2011 recuperación de verdad, dice el ministro, nuestro PIB crecería al 2,6. La prensa internacional, malévola, le pone dudas. Solbes se ha lanzado esta vez. ¿Será él quien gestione este bienio de órdago? ¿Será su adjunto Vegara? Se van a necesitar redaños. Mal de muchos, consuelo de tontos: todos los países de la Unión Europea superarán el 3% de déficit público.
Sorpresa: no ha empezado el baile praveral de las elecciones a la presidencia de CEOE, y se anuncian candidatos a sustituir a Díaz Ferrán. Suena Espinosa de los Monteros, presidente de Mercedes. Rosell, presidente de la patronal catalana, y otros presidentes territoriales ¿no cuentan?
Miguel Cifuentes, periodista