Encuentros de viejos amigos que acaban en un mar de sangre que no sacia la sed. Tripas y trasfusiones. Así son las reuniones de antiguos alumnos, viejas glorias, jubilados… y, ahora también de desempleados. Y si no que se lo digan al últo jefe al que le pitaron los oídos (los dos, supuesto) cuando se enteró que quiénes habían sido sus fieles aliados y ahora sólo un número en el INEM, le estaban destripando hasta la cuenta corriente.
Poco oxígeno para los nuevos. Para el jefe nuevo, claro. Que para pagarle el sueldo han tenido que echar a seis y ni con esas cubren gastos. Despacho nuevo, vistas al mar. Momento de crisis, reducción de gastos. Y la lista cada vez más larga. La de parados y la de parásitos.
¿Os habéis leído ‘Crepúsculo'? Seguro que Stephenie Meyer se inspiró en algún conocido para el personaje de Edward Cullen. Vampiros sí, pero buena gente… Si es que uno ya no sabe de quién fiarse. ¿Te pitan a ti los oídos? Yo es que no entiendo de libros, ni de películas ni de vampiros o murciélagos… ¿o sí?
Los muerciélagos nunca duermen…